La Alcaldía de Sabaneta decidió levantar de manera indefinida el Plan de Manejo de Tránsito (PMT) otorgado a los constructores del Plan Parcial La Macana, responsables de la Vía S y de la conexión con la calle 75B Sur, tras detectar serios incumplimientos técnicos, jurídicos y ambientales en el desarrollo de la obra. La medida, según explicó el alcalde Alder Cruz, busca proteger la vida, la seguridad y el bienestar de los sabaneteños, mientras no se cumplan las condiciones exigidas por la normatividad vigente.
“Hasta tanto no se cumplan las condiciones técnicas y jurídicas, será siempre mi responsabilidad no recibir la vía”, afirmó el mandatario local, al reiterar que el municipio no puede recibir una obra que no cumpla con los estándares de seguridad y calidad requeridos. La Vía S, que prometía mejorar la movilidad del sur del Valle de Aburrá, se ha convertido en un símbolo de las falencias de la planeación urbana y de la falta de responsabilidad de algunos desarrolladores.
Inicialmente, la entrega de la vía estaba programada para el 30 de septiembre. Sin embargo, durante un recorrido de verificación realizado por funcionarios de la Alcaldía se identificaron inconsistencias que impidieron su recepción. El alcalde otorgó un plazo adicional hasta el 7 de octubre para subsanar las observaciones, pero tras una nueva visita técnica, los incumplimientos persistieron. Aunque se reconoció un avance en las obras civiles, los fallos detectados impiden garantizar la funcionalidad y la seguridad vial del proyecto.
El diagnóstico técnico evidenció que el trazado ejecutado no corresponde al aprobado en el Plan Parcial, que existen afectaciones sobre áreas de protección ambiental y predios privados, y que se presentan deficiencias hidráulicas, estructurales y de seguridad peatonal. Además, se advirtió que cualquier modificación del trazado debe formalizarse mediante una modificación del Decreto 101 de 2014, por lo que la Alcaldía recomendó un rediseño técnico y ambiental integral, avalado por las autoridades competentes.
Entre las medidas pendientes, el municipio exige ajustar la señalización vial a 30 km/h conforme al Manual de Señalización Vial 2024, eliminar las flechas dobles para garantizar la uniformidad del tráfico, construir senderos peatonales de al menos 1,20 metros de ancho, instalar barreras de protección en los tramos de mayor riesgo e implementar la señalización preventiva de deslizamientos, especialmente durante la actual temporada de lluvias. También se deberá mantener la carrera 34 (75B Sur) en doble sentido, realizar mantenimiento de la capa asfáltica, reforzar la visibilidad con demarcación reflectiva y restringir el paso de vehículos de carga mediante la señal reglamentaria SR-55.
El alcalde Alder Cruz anunció además que el próximo jueves 16 de octubre se llevará a cabo una mesa de trabajo con los constructores para revisar los avances y definir los pasos a seguir, insistiendo en que la Administración Municipal no permitirá que se entreguen obras que pongan en riesgo a la comunidad. “Ante la actual temporada de lluvias, es deber de esta Administración velar por la seguridad de la ciudadanía y la estabilidad de las vías”, puntualizó.
La decisión del alcalde fue respaldada por el concejal de Sabaneta Julián Ceballos, quien celebró la medida pero advirtió sobre el impacto que este tipo de irregularidades tienen en el desarrollo urbano del municipio. En una columna de opinión titulada “Una vía sin rumbo”, Ceballos expresó: “A veces las obras hablan más que los discursos. La Vía S, en Sabaneta, es el reflejo de lo que pasa cuando la ambición le gana al deber y el cemento se impone sobre la conciencia. Celebro la decisión del alcalde de suspender los permisos a los constructores: era urgente ponerle freno a quienes construyen sin respeto por la ley ni por la gente”.
El concejal añadió que el caso de la Vía S va más allá de una obra inconclusa: “No se trata solo de una vía; se trata del rumbo que tomamos como ciudad. No queremos caminos a medias ni soluciones por entregar. Queremos vías que unan, no que embotellen; obras que duren, no que se derrumben”. Para Ceballos, lo bueno fue la decisión firme del alcalde; lo malo, el descaro de quienes olvidaron que construir también es un acto de ética.
La polémica por la Vía S deja en evidencia una vez más los desafíos de Sabaneta en materia de control urbano, planeación responsable y cumplimiento normativo. Mientras las autoridades buscan garantizar la seguridad de los ciudadanos, crece el reclamo de los habitantes por proyectos que se inician con grandes expectativas, pero terminan convertidos en símbolos del descuido y la improvisación.