Los Ángeles, bajo llamas: incendios devastadores dejan destrucción y caos

La ciudad de Los Ángeles enfrentó ayer una de las peores noches de su historia reciente, con hasta cinco incendios simultáneos que arrasaron miles de hectáreas, destruyeron viviendas y dejaron dos víctimas mortales. La combinación de alta sequedad y vientos huracanados, con ráfagas de hasta 160 kilómetros por hora, desató el desastre, que superó la capacidad de respuesta de los equipos de emergencia.

“Anoche fue una de las más devastadoras y aterradoras en la historia de esta ciudad”, afirmó Marqueece Harris-Dawson, presidente del Consejo Municipal de Los Ángeles.

El fuego más destructivo, en la zona de Eaton cerca de Pasadena, consumió más de 4.000 hectáreas y dejó un saldo preliminar de dos fallecidos. Según Anthony Marrone, jefe del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles, “el cuerpo estaba preparado para enfrentar uno o dos incendios forestales, pero no cuatro”.

El incendio en Eaton afectó a decenas de miles de viviendas, desplazando a miles de familias. Equipos de 750 bomberos trabajan sin descanso para contener las llamas, mientras los residentes rezan para que los vientos no desplacen el fuego hacia nuevas áreas.

Otro foco crítico se registró en Pacific Palisades, una zona de lujo en la costa californiana, donde ardieron cientos de edificios. Entre las casi 40.000 personas evacuadas se encontraba el actor James Woods, quien relató a CNN el caos vivido: “Era como un infierno; todas las casas a nuestro alrededor estaban en llamas”.

No todos lograron salvar sus hogares. Israel, un joven residente, intentó apagar las llamas con mangueras tras regresar a su vivienda junto a su amigo documentalista, Tanner Charles. Ambos grabaron imágenes del desastre, pero finalmente fueron testigos de cómo las llamas devoraban la propiedad.

Además del incendio en Eaton y Pacific Palisades, otros tres focos fueron reportados, incluidos el incendio de Hurst y dos de menor escala. Los efectos colaterales han sido devastadores:

  • Cortes de electricidad: Más de 400.000 hogares en California quedaron sin suministro eléctrico.
  • Atmósfera irrespirable: La calidad del aire se deterioró a niveles críticos en gran parte de la ciudad.
  • Carreteras cerradas: La movilidad quedó severamente afectada por los cortes en rutas clave.

Las autoridades anticipan que los costos económicos de estos incendios podrían ser los más altos en la historia del estado, debido a la devastación en áreas urbanas.

La escasez de recursos, especialmente de agua, complicó las labores de los bomberos. En Pacific Palisades, las bocas de agua quedaron secas, y los fuertes vientos impidieron el uso de hidroaviones.

La situación escaló a nivel político, con un enfrentamiento entre el gobernador de California, Gavin Newsom, y el presidente electo, Donald Trump. Trump culpó a Newsom de los incendios, argumentando que la falta de un plan de restauración de agua exacerbó la crisis.

Mientras Los Ángeles lucha por contener las llamas, los residentes enfrentan la incertidumbre sobre el futuro de sus hogares y su ciudad. Las autoridades instan a la población a mantenerse alerta y seguir las instrucciones de evacuación mientras continúan los esfuerzos para controlar esta emergencia sin precedentes.