Los medios públicos no son del gobierno, son de la gente

Opinión por: Eliana Úsuga

Trabajar en medios públicos y privados me ha permitido ver de cerca las diferencias en el manejo de la información. Y lo que está pasando en RTVC no solo es preocupante, es indignante. Se supone que los medios públicos existen para informar con independencia, representar todas las voces y servir a los ciudadanos. Pero últimamente, RTVC se ha convertido en una plataforma de propaganda que desprecia su verdadera misión.

Uno de los ejemplos más escandalosos fue el homenaje a Manuel Marulanda, alias “Tirofijo”, emitido en un programa de RTVC. ¿En serio? ¡Un sistema de medios financiado con los impuestos de todos los colombianos dedicándole un espacio a un hombre que encabezó uno de los grupos armados más sangrientos de nuestra historia! Un criminal que secuestró, extorsionó, desplazó comunidades enteras y reclutó niños para la guerra. No se trata de negar la historia, pero sí de contarla con contexto y responsabilidad. Romantizar a un criminal no es la manera. Lo que hicieron fue un insulto a las víctimas y una afrenta a la memoria de un país que todavía carga las cicatrices de la violencia.

Y por si fuera poco, otro episodio que raya en lo absurdo: en un programa, un invitado aseguró que el buen funcionamiento de la cultura Metro se debía a la intervención de “La Oficina”, una organización criminal. ¡Qué falta de respeto! ¿Cómo pueden atreverse a ensuciar la reputación de un sistema de transporte que ha sido un ejemplo de civismo y eficiencia? No solo es irresponsable, sino que desinforma y siembra dudas sobre una de las pocas instituciones que funcionan bien en este país. Así no se hace periodismo. Así se hace daño.

Pero lo peor de todo es la censura descarada. La FLIP ha documentado más de 30 casos en RTVC en los que periodistas han sido presionados para modificar o eliminar contenidos críticos con el gobierno de Gustavo Petro. Se han vetado voces incómodas, se han filtrado opiniones y se ha limitado el debate. ¿A eso hemos llegado? ¿A una televisión pública convertida en aparato propagandístico? Esto es una traición a la democracia y un atentado contra el derecho ciudadano a una información libre y sin sesgos.

Los medios públicos no son del gobierno, son de la gente. Y es hora de que Gustavo Petro y RTVC lo entiendan. Los colombianos merecen un periodismo que les cuente la verdad, no una versión manipulada según las conveniencias ideológicas del gobierno. Basta ya de silencios y de manipulaciones. La información no les pertenece a los gobernantes de turno, le pertenece a la gente.