La visita del presidente de Estados Unidos Donald Trump a Medio Oriente ha desencadenado una ola de inversiones en inteligencia artificial (IA), con Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU) como protagonistas. Durante su gira, el mandatario ha sido clave en la consolidación de vínculos comerciales y tecnológicos que permiten a estos países un acceso privilegiado a chips avanzados de IA producidos por gigantes estadounidenses como Nvidia y AMD.
Según fuentes cercanas a la negociación, los acuerdos —que se harán oficiales en los próximos días— permitirán a Riad y Abu Dhabi integrar componentes de alto rendimiento considerados esenciales para el desarrollo de modelos de IA de última generación. La iniciativa busca posicionar a Estados Unidos como el principal socio tecnológico en la región, desplazando la influencia de actores como China.
El encuentro entre Trump y el príncipe heredero Mohammed bin Salman en Riad sirvió como escenario para anunciar, además, nuevos contratos de adquisición de aviones de pasajeros de Boeing y el despliegue del servicio satelital Starlink de Elon Musk en sectores estratégicos como el transporte aéreo y marítimo.
La política exterior de la administración Trump se orienta ahora a fortalecer su red de aliados mediante una diplomacia digital agresiva, con énfasis en la inteligencia artificial. Parte de esta estrategia incluye la reversión de restricciones impuestas durante el gobierno de Joe Biden, como la llamada “norma de difusión de la IA”, que limitaba la exportación de chips a ciertas naciones. Trump impulsa, en cambio, acuerdos bilaterales más flexibles y adaptados a los intereses de socios estratégicos.
“El país que logre construir más rápido una red robusta de aliados será quien domine la nueva era de la IA”, publicó David Sacks, asesor de IA de la Casa Blanca, tras reunirse en Abu Dhabi con el jeque Tahnoon bin Zayed Al Nahyan, hermano del presidente emiratí y uno de los principales articuladores de seguridad nacional del país.
No obstante, el movimiento ha generado fricciones en Washington. Legisladores con una postura firme frente a China expresaron su preocupación por los posibles riesgos de filtración tecnológica. El representante republicano John Moolenaar, miembro del Comité Selecto sobre China, advirtió sobre los vínculos de la firma emiratí G42 con empresas como Huawei y pidió garantías antes de continuar las negociaciones.