Estudio revela alta toxicidad del aire por presencia de PM2.5

Un reciente estudio acaba de confirmar una de las preocupaciones más serias para la salud pública en el Valle de Aburrá: el aire que respiramos contiene partículas tan pequeñas como peligrosas. Se trata del material particulado PM2.5, una mezcla microscópica que, según la investigación, contiene más de 41 elementos químicos y compuestos orgánicos, muchos de ellos con propiedades cancerígenas.

El estudio fue realizado en el marco del Programa Gestión del Conocimiento en Contaminación Atmosférica y sus Efectos en la Salud, financiado por el Sistema General de Regalías (SGR). Lo lideraron investigadores del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, la Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional de Colombia, que ahora confirman algo alarmante: el PM2.5 no solo contamina el aire, también puede afectar directamente nuestro ADN.

“Estas partículas son como un cóctel tóxico que contiene prácticamente todo el espectro de la tabla periódica”, señalaron los investigadores.

Entre los riesgos que trae consigo esta contaminación están enfermedades como cáncer, trastornos neurológicos en niños, problemas en el sistema inmunológico, enfermedades respiratorias crónicas y complicaciones en el embarazo. Y no es todo: el PM2.5 puede atravesar las barreras naturales del cuerpo humano, llegar al torrente sanguíneo y afectar órganos vitales como el corazón, el cerebro, los riñones o incluso la placenta.

Otro aspecto que reveló la investigación es la interacción entre el PM2.5 y el aerobioma, que es el conjunto de bacterias, virus y hongos que también están presentes en el aire. Estas partículas pueden actuar como vectores de enfermedades, aumentando el riesgo especialmente para quienes tienen el sistema inmunológico debilitado.

La buena noticia es que este estudio no se quedó solo en el diagnóstico. El equipo científico desarrolló una herramienta tecnológica que permite identificar, con base en datos, los días más críticos en términos de calidad del aire, qué sustancias están involucradas y de dónde provienen. Esta información ya está siendo entregada a las autoridades para apoyar decisiones en salud y medio ambiente.

Además, como parte del proyecto, se creó un modelo educomunicativo para llevar estos conocimientos al público general, en especial a sectores como los conductores de volquetas y taxis, que están directamente involucrados en la generación de emisiones. La idea es clara: traducir la ciencia al lenguaje de todos y promover cambios desde el conocimiento.

Los hallazgos, presentados en distintos escenarios académicos y científicos, dejan un mensaje contundente: la contaminación del aire no es solo un problema ambiental, es una amenaza directa a nuestra salud y bienestar. Por eso, los investigadores insisten en la necesidad de adoptar medidas integrales y justas, especialmente para proteger a las comunidades más vulnerables.