El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, atraviesa una de las crisis políticas más delicadas de su mandato, luego de que uno de sus hombres más cercanos en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Santos Cerdán, presentara su renuncia por estar implicado en un caso de presunta corrupción.
¿Qué pasó?
Santos Cerdán, hasta hace unos días secretario de Organización del PSOE y figura clave dentro del equipo de Sánchez, renunció el 12 de junio y entregó su escaño ante el Tribunal Supremo este 16 de junio, tras ser mencionado en un informe de la Guardia Civil que lo vincula al llamado “caso Koldo”. Se trata de un escándalo que involucra contratos públicos presuntamente amañados y el cobro de comisiones ilegales por más de 620 mil euros.
El caso también ha salpicado al exministro José Luis Ábalos, quien fue expulsado del partido tras un expediente sancionador.
En una rueda de prensa desde la sede del PSOE, el presidente español se mostró visiblemente afectado y pidió disculpas a la ciudadanía, asegurando que desconocía los hechos. No obstante, dejó claro que no habrá elecciones anticipadas y que continuará en el poder hasta 2027, además de confirmar su intención de buscar la reelección.
La crisis ha generado fuertes tensiones dentro del gobierno. Socios como Yolanda Díaz (Sumar), ERC y el Bloque Nacionalista Gallego consideran que las acciones han sido insuficientes y exigen una reforma profunda en el PSOE.
Desde la oposición, partidos como el PP y Vox han calificado la respuesta del Gobierno como “populista y defensiva”. Aunque piden la renuncia de Sánchez o una moción de censura, por ahora no tomarán acciones drásticas, temiendo que eso pueda beneficiar al presidente políticamente.
¿Por qué este caso es tan grave?
El informe de la Guardia Civil también sugiere que este entramado pudo haber influido en procesos internos del PSOE, como las primarias de 2014, donde habría habido manipulación de votos para favorecer a Sánchez, lo que pone en duda parte de su trayectoria política.
Además de su impacto legal, el escándalo golpea directamente la credibilidad del Gobierno, que llegó al poder con promesas de regeneración política y lucha contra la corrupción.