Karol G lo vuelve a hacer: rompe esquemas, mezcla ritmos y, sobre todo, honra sus raíces. Con el lanzamiento de Tropicoqueta, su esperado quinto álbum, la artista paisa demuestra que no hay límites cuando se canta desde el alma. Esta vez no llega con perreo duro ni con himnos de empoderamiento urbano (aunque no los abandona del todo), sino con un recorrido sonoro por la música romántica popular de América Latina que enamora desde el primer acorde.
Con 20 canciones y colaboraciones que son joyas —como la del legendario Marco Antonio Solís y el ícono francés Manu Chao—, Karol G se entrega a sus emociones más profundas, rinde tributo al despecho, al drama y al corazón roto, pero también a la alegría de vivir. Desde el merengue y la bachata hasta la cumbia villera y el mariachi, Tropicoqueta es un manifiesto musical lleno de sabor, nostalgia y orgullo latino.
“Lo hice con el corazón llenito del amor que recibí en cada país que visité”, escribió Carolina Giraldo (su nombre real) en redes sociales, al contar que este proyecto nació mientras recorría América Latina y Europa con su gira Mañana Será Bonito. Fue entonces cuando volvió a enamorarse de esos sonidos que la hicieron artista: las telenovelas mexicanas, el vallenato del Caribe colombiano, el merengue dominicano, el drama de un bolero, la fuerza de una ranchera.
Y sí, hay drama del bueno. En Coleccionando Heridas, Karol y Marco Antonio Solís cantan a dos voces un amor que duele pero persiste. En Ese Hombre Es Malo, el mariachi pone el alma y la Bichota suelta una frase que parece de novela: “Maldito el día en que me hice tu mujer”. En Amiga mía, junto a Greeicy, lleva el despecho a la bachata con ese poder femenino que las caracteriza.
El álbum, que ha sido promocionado con una estética tropical y caribeña inspirada en el famoso cabaret Tropicana de Cuba, también le da espacio al humor y a la crítica social. En uno de sus videos, Karol aparece rodeada de leyendas de la televisión como Itatí Cantoral y Ninel Conde, mientras juega con íconos culturales que marcaron a generaciones.
Pero Tropicoqueta no solo es un homenaje artístico, también es un posicionamiento político. Con canciones como Latina Foreva y mensajes directos sobre el orgullo de ser latina, Karol G se consolida como una voz potente para millones de mujeres en el continente y en la diáspora.
No hay duda: con Tropicoqueta, la Bichota se transforma en una embajadora de la cultura latina, una cronista de amores imposibles y una artista que no teme evolucionar. Su voz, ahora más madura y emocional, se siente cómoda entre cuerdas de mariachi, tumbadoras caribeñas y letras que cuentan historias reales.
Una vez más, Karol G demuestra que ser paisa es sinónimo de talento global, que Medellín sigue pariendo estrellas, y que la música puede ser ese puente emocional entre generaciones, géneros y geografías.
Tropicoqueta no es solo un álbum. Es un viaje. Es un acto de amor. Es puro sentimiento latino.