Vanessa Vallejo recuerda muy bien el día que buscó información en Comfama con una pregunta en mente: ¿será verdad que hay un subsidio para comprar una copa menstrual? Hasta entonces, como muchas mujeres en Colombia, no solo cargaba con los síntomas de su ciclo, sino también con la angustia de tener que destinar parte de sus escasos recursos a comprar productos de higiene mes tras mes.
“Soy una joven de 23 años, trabajadora y estudiante, y muchas veces toca elegir entre lo básico y lo que uno considera un lujo… como la copa menstrual”, cuenta Vanessa, con una mezcla de gratitud y sorpresa.”
Fue así como accedió al Subsidio Menstrual de Comfama, una iniciativa que desde 2021 ha llegado a más de 52.000 mujeres en Antioquia, especialmente a quienes más lo necesitan. Con esta ayuda pudo adquirir una copa menstrual a un precio muy por debajo del comercial. “Si no hubiera sido por el subsidio, sinceramente no habría podido comprarla”, dice. Hoy, tras casi un año de uso, asegura que su vida cambió.
El programa Menstruación Consciente, del que hace parte el subsidio, no solo entrega productos. También busca romper tabúes, transformar imaginarios y generar una experiencia de ciclo más saludable y libre. A través de talleres en colegios, municipios y empresas, Comfama ha llevado esta conversación a rincones donde antes la menstruación era un tema prohibido.
Y es que los números también cuentan la historia: una mujer en Colombia puede gastar en promedio 200.000 pesos al año en toallas higiénicas o tampones. Vanessa lo confirma: “Una no se da cuenta, pero cada mes se va un billete en eso. Con la copa, ese gasto desapareció. Y además, me siento más cómoda, más libre”.
Lo que también desaparece es la basura. Una sola copa puede durar hasta 10 años, mientras que una toalla higiénica tarda hasta 800 años en degradarse. Por eso, este subsidio no solo mejora vidas individuales, también ayuda a cuidar el planeta.
El subsidio está dirigido a mujeres entre los 12 y 50 años afiliadas a Comfama. Quienes pueden escoger entre copas, discos menstruales, toallas reutilizables o pantys absorbentes. La redención se hace de forma sencilla, a través del portal de La Tiquetera, y el beneficio se otorga según la categoría de afiliación.
“El día que recibí la copa, sentí que me estaban dando algo más que un producto: me estaban diciendo que mi bienestar importa”, asegura Vanessa. Desde entonces, se ha convertido en una voz que anima a otras mujeres a preguntar, a informarse y a vivir su ciclo menstrual con dignidad.
Comfama ya realizado talleres a 11.000 mujeres y ha realizado 291 talleres pedagógicos en 94 municipios del departamento. Esta es una revolución silenciosa, pero profunda. Una que empieza con una copa, pero se expande con cada mujer que decide reconciliarse con su cuerpo, tomar decisiones informadas y cuidar de sí misma y del mundo que habita.
“Este subsidio no solo entrega productos, entrega dignidad, bienestar y conciencia ambiental, con este programa estamos cerrando brechas, mejorando la calidad de vida de las mujeres y protegiendo el medioambiente. Queremos que las mujeres vivan su ciclo sin vergüenza, sin dolor económico y con conexión con su cuerpo. Por eso hablamos de una menstruación consciente: una que sea saludable, informada y sostenible”, destaca Dilia Vergara responsable del programa Menstruación Consciente de Comfama
Las personas interesadas en acceder al subsidio pueden consultar los requisitos en https://www.comfama.com/menstruacion-consciente/ Este beneficio aplica para trabajadoras y beneficiarias afiliadas a Comfama, y se gestiona a través de la plataforma La Tiquetera.
Vanessa es una entre miles, pero su historia refleja lo que es posible cuando se dignifica lo cotidiano. Porque menstruar no debería ser motivo de vergüenza, ni de estrés económico, ni de contaminación. Menstruar, simplemente, debería ser consciente.