En un nuevo golpe certero contra el crimen organizado, las autoridades lograron desarticular tres peligrosas estructuras delincuenciales que venían sembrando el terror en el oriente de Cali. Se trata de las bandas ‘Caballo Blanco’, ‘El Hueco’ y ‘Afrika’, responsables de múltiples delitos como homicidios, tráfico de estupefacientes, desplazamiento forzado e instrumentalización de menores.
Las operaciones, lideradas por la Policía Metropolitana de Cali en articulación con la Fiscalía General de la Nación, permitieron la captura de 43 personas, 39 por orden judicial y 4 en flagrancia, y el desarrollo de 45 diligencias de allanamiento. Con estos resultados, se esclarecieron cuatro homicidios, se frustró la comercialización de más de 9.000 dosis de droga y se recuperó el control de sectores estratégicos en las comunas 14 y 15.
El alcalde Alejandro Eder destacó la importancia de estas acciones para avanzar en el restablecimiento de la seguridad en zonas priorizadas por el plan Cali Segura. “Nuestro compromiso es recuperar la seguridad para los caleños, y eso lo hacemos capturando a los responsables de la violencia. Desde la Alcaldía estamos fortaleciendo las capacidades logísticas de la Policía, apoyándolos con equipos de comunicación y recuperación de infraestructura”, afirmó.
Eder fue enfático en su postura frente al crimen organizado: “Los bandidos tienen que estar en la cárcel. Eso no es negociable, se trata de proteger la vida de los caleños y de los colombianos. Con eso no se puede jugar”.
Uno de los golpes más significativos fue contra la banda ‘Caballo Blanco’, una estructura de tipo familiar que operaba desde hace más de dos generaciones en el barrio Manuela Beltrán. La captura de su cabecilla, una mujer conocida como ‘Luz’, marcó un hito en la operación. Ella no solo lideraba el negocio del microtráfico, sino que también inducía a menores al consumo y venta de estupefacientes.
Las bandas ‘El Hueco’, que delinquía en la comuna 14, y ‘Afrika’, en la comuna 15, también fueron desarticuladas. Ambas estaban involucradas en homicidios selectivos por disputas territoriales y se les atribuyen delitos como concierto para delinquir, porte ilegal de armas y desplazamiento forzado.
Este avance hace parte de una estrategia más amplia que combina acciones de justicia, inversión social y presencia institucional para recuperar los territorios afectados por la criminalidad.