Por Eliana Úsuga
En más de dos siglos de vida republicana, el poder político ha estado en manos de hombres, Pero hoy, más que nunca, es hora de abrir los ojos: Colombia necesita ser gobernada por una mujer
No estamos hablando de un capricho feminista, porque no lo soy. Colombia atraviesa una de las crisis fiscales más profundas de los últimos años, por lo que requiere ser dirigida con inteligencia, honestidad, sagacidad, estrategia y verraquera, cualidades que a las mujeres nos sobran.
Solo en el primer semestre de 2025, el déficit fiscal (la diferencia entre lo que el Estado gasta y lo que realmente recauda) llegó al 3,7% del Producto Interno Bruto (PIB). Ante este panorama, el país necesita a alguien que sepa administrar con rigor, inteligencia y responsabilidad. Y no hay duda: las mujeres, históricamente, hemos demostrado ser mejores administradoras del dinero, hacer rendir lo poco y planificar con visión de futuro.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo, más del 66% de los latinoamericanos considera que las mujeres son más honestas en política, y el 85% cree que toman mejores decisiones. Y no es casualidad: la experiencia vital de ser mujer implica desarrollar empatía, paciencia y una capacidad natural para atender varias responsabilidades a la vez, virtudes que el ejercicio del poder requiere.
Basta ya de excusas: que las mujeres somos más débiles, mientras los hombres son los bravos. ¡No! Las mujeres somos más bravas que cualquier hombre, más firmes y aguerridas. Y no solo eso: sabemos manejar mejor las finanzas, sabemos hacer rendir lo que hay, sabemos administrar con inteligencia. Si no lo creen, pregúntenle a los hombres quién lleva las cuentas en sus casas.
Dirigir un país no es un juego de egos ni de testosterona. No es el poder por el poder. Es la responsabilidad de levantarse cada mañana con un país entero sobre los hombros. Y díganme: ¿alguien cree que una mujer, acostumbrada a multiplicarse entre el trabajo, la familia, los hijos y la vida misma, estaría durmiendo a las cuatro de la tarde mientras el país la necesita? No. Porque nosotras no sabemos de pereza cuando de cumplir un deber se trata ¿Ustedes creen que una mujer estaría de fiesta mientras la nación atraviesa crisis y decisiones urgentes? No.
La historia lo ha probado: Margaret Thatcher en el Reino Unido, Angela Merkel en Alemania, Violeta Chamorro en Nicaragua todas con estilos distintos, demostraron que la política con rostro femenino puede ser firme, estratégica y profundamente humana. No basta con decir que “algún día” tendremos una mujer presidente. Ese día tiene que llegar pronto.
Es hora de confiar en una mujer para dirigir los destinos de Colombia. Es hora de romper la tradición de gobiernos masculinos y abrir la puerta a una nueva forma de ejercer el poder: con inteligencia, con sensibilidad, con fuerza y con visión.
“Y quiero ser clara: no hablo de cualquier mujer. Hablo de una mujer firme, con carácter para enfrentar y castigar a los criminales, culta y preparada, que hable inglés, que entienda de relaciones internacionales y que haya demostrado en el mundo empresarial que sabe generar riqueza y empleo. Una mujer que crea en la familia, que crea en Dios, que defienda la empresa privada y que no se deje arrastrar por ideologías que empobrecen. Hablo de una mujer de derecha, de esas que no necesitan probar nada más porque ya lo han demostrado mil veces con su capacidad, su disciplina y su amor por Colombia.
Es hora de que una mujer sea presidente