Un reciente operativo llevado a cabo en Antioquia por la Policía Nacional ha desatado una ola de confusión y controversia. Siete integrantes del Estado Mayor Conjunto de las disidencias de las FARC fueron capturados en flagrancia, pero tres de ellos quedarán en libertad debido a su participación en los diálogos de paz con el gobierno nacional.
La detención se produjo cuando los guerrilleros, que se movilizaban en camionetas de la Unidad Nacional de Protección (UNP), se negaron a ser requisados por los soldados. Ante esta negativa, los militares los trasladaron bajo un estricto esquema de seguridad hasta un batallón militar para inspeccionar sus pertenencias. Durante la revisión, se confirmó que varios de ellos tenían antecedentes y deudas con la justicia.
A pesar de estas anotaciones, la Fiscalía General de la Nación anunció que tres de los capturados serían liberados. La decisión se basa en la suspensión de sus órdenes de captura, una medida solicitada por el Gobierno Nacional para facilitar su participación en el proceso de paz.
«En un operativo realizado hoy en Antioquia por la Policía Nacional, se capturó en flagrancia a siete integrantes del Estado Mayor Conjunto de las disidencias de las FARC. Tres de ellos se dejan en libertad. Lo anterior, como consecuencia de la suspensión de las órdenes de captura solicitadas por el Gobierno Nacional. Esto, en calidad de integrantes de la mesa de negociaciones de paz con esa organización armada al margen de la ley», indicó la Fiscalía en un comunicado oficial.
La noticia ha generado reacciones mixtas entre la población y los analistas políticos. Mientras algunos ven esta liberación como un paso necesario hacia la paz, otros expresan su preocupación por la impunidad y el impacto en la seguridad regional.