Alfredo Saade, el pastor del plagio y la censura, ahora jefe del gabinete de Petro

El polémico pastor que enfrenta denuncias por plagio, contratos irregulares y ataques a la libertad de prensa. Su designación al frente del Dapre genera preocupación en sectores políticos, religiosos y ciudadanos.

El Gobierno de Gustavo Petro oficializó este martes el nombramiento de Alfredo Rafael Saade Vergel como jefe del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), una decisión que ha encendido alarmas sobre la coherencia del Ejecutivo con los principios de transparencia, meritocracia y respeto institucional.

Saade, pastor cristiano autoproclamado, excontratista del Estado y excandidato presidencial por el movimiento político cristiano “Levántate”, ha sido objeto de múltiples denuncias por plagio, corrupción contractual y censura a la prensa, lo que convierte su llegada a uno de los cargos más influyentes del Ejecutivo en una decisión cuestionada por múltiples sectores.

Uno de los escándalos más sonados que arrastra el nuevo jefe del gabinete presidencial tiene que ver con un contrato por más de 275 millones de pesos con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). De acuerdo con el concejal bogotano Daniel Briceño, los informes que presentó Saade para justificar sus honorarios fueron plagiados casi en su totalidad de otro contratista.

“No solo es un plagio descarado, es una burla a los recursos públicos”, denunció Briceño, quien compartió fragmentos de los documentos en su cuenta de X. La Procuraduría General abrió una indagación preliminar, mientras medios independientes señalaron que los informes incluían errores de forma y fondo, como fechas sin sentido y actividades no realizadas.

La controversia también tiene un componente simbólico. Saade ha hecho carrera política presentándose como pastor evangélico, pero organizaciones cristianas como Cedecol y la Asociación de Ministros del Evangelio (ADME) han desmentido su pertenencia o reconocimiento como líder religioso

“No representa a nuestra comunidad ni ha sido ordenado por ninguna de nuestras iglesias”, expresó Cedecol en un comunicado. Pese a ello, Saade ha utilizado su investidura como supuesto guía espiritual para promover una agenda que mezcla religión, política populista y autoritarismo, algo que preocupa a expertos en laicidad y libertades públicas.


Quizá lo más inquietante para la opinión pública son las reiteradas declaraciones de Saade en contra de la libertad de prensa, las cuales fueron recopiladas y divulgadas recientemente por la senadora María Fernanda Cabal. En varios trinos, el nuevo jefe del Dapre afirmó que: “Medio de comunicación que mienta tiene que ser cerrado y punto. La mentira, la injuria y la calumnia no es libertad de prensa ni libertad de expresión. Hoy más que nunca debe buscarse la manera de regularlos. Por eso desde el principio he pedido que sean cerrados los medios de comunicación que mientan. Levántate”.

Cabal acompañó la publicación con una advertencia contundente: “Aquí el nuevo ‘jefe de gabinete’ de Petro. Están en el mismo inframundo. Me comprometo con Colombia a desterrar la mediocridad, perseguir la corrupción y premiar el mérito”.

Desde el Congreso, voces como la del representante Julio César Triana han señalado que este nombramiento pone en riesgo la institucionalidad democrática y la relación del Gobierno con el Legislativo y los medios de comunicación. “Es un caso de corrupción de manual”, declaró Triana, en alusión a los contratos pasados de Saade y sus posiciones públicas radicales.

Incluso dentro del mismo oficialismo, la incomodidad es evidente. El ministro del Interior, Armando Benedetti, intentó bajarle el tono a la polémica afirmando que “Saade no trabajará directamente conmigo, sino con el presidente”.

Para analistas políticos y ciudadanos críticos, el nombramiento de Saade contradice el discurso de cambio y transparencia que impulsó a Petro al poder. Su llegada al Dapre, una entidad clave en la coordinación del Ejecutivo y la toma de decisiones estratégicas, podría agravar las tensiones con los medios, los empresarios y los sectores independientes del país.

“El gobierno de Petro prometió erradicar el clientelismo, premiar el mérito y respetar las libertades, pero lo que estamos viendo es un retroceso peligroso”, opinó el constitucionalista Germán Calderón España en diálogo con medios nacionales.