En un contexto global marcado por la desaceleración económica y el aumento de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, Argentina se perfila como una de las economías con mejor desempeño del mundo en 2025, de acuerdo con el más reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo proyecta que el Producto Bruto Interno (PBI) del país sudamericano crecerá un 5,5% este año, ubicándose junto a India (6,2%) en la cima del ranking global de crecimiento económico. Esta cifra se mantiene inalterada respecto a informes previos, pese a los efectos de los ajustes fiscales implementados por el Gobierno de Javier Milei.
“La recuperación de la confianza ha sido clave para sostener este pronóstico. A pesar del fuerte ajuste, las sorpresas positivas en materia de inversión y actividad han permitido mantener la estimación”, explicó Petya Koeva-Brooks, directora del área de investigación del FMI, en rueda de prensa.
El informe también prevé una reducción significativa en los niveles de inflación, estimando que la variación anual de precios oscilará entre el 18% y el 23%, lo cual representa un descenso notable en comparación con años anteriores.
Un contexto global desafiante
El FMI advierte que la economía mundial enfrentará un año complejo en 2025, con una proyección de crecimiento global inferior al 3%, como consecuencia directa de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. En el caso de las economías desarrolladas, la estimación de crecimiento se reduce al 1,4%, mientras que la eurozona apenas alcanzaría una expansión del 0,8%.
Por su parte, países como Brasil (2%), China (4%), Egipto (3,8%), Indonesia (4,7%) y Turquía (2,7%) se mantienen en terreno positivo, aunque con cifras moderadas en comparación con Argentina e India.
El respaldo del FMI a las reformas
El informe del organismo internacional destaca el impacto de las reformas impulsadas por el Gobierno argentino, en especial las orientadas a la estabilización fiscal y la recuperación de la confianza inversora. Estas medidas, según el FMI, han contribuido a generar condiciones más sólidas para la reactivación económica, pese al complejo panorama externo.
Argentina, que hasta hace poco enfrentaba una crisis económica profunda con altos niveles de inflación y recesión, muestra ahora señales de recuperación que podrían consolidarse en los próximos trimestres si se mantienen los niveles de inversión y consumo.