Gran parte de Cuba lleva tres días sin suministro eléctrico, dejando amplias zonas en completa oscuridad y generando un ambiente de inseguridad marcado por numerosos actos vandálicos. El presidente cubano ha ordenado un aumento de la presencia policial en las calles, mientras la isla sigue sumida en un apagón generalizado que afecta a millones de personas.
Por el momento, solo funcionan los servicios esenciales, pero la falta de combustible, medicinas y alimentos comienza a sentirse en toda la isla. Con los hospitales y hogares al borde del colapso, las protestas no han tardado en estallar, con ciudadanos que exigen una solución a la crisis energética que ha paralizado el país.
A esta complicada situación se suma la llegada del huracán Óscar, que tocó tierra en el este de Cuba, dejando fuertes lluvias y vientos que han causado graves destrozos. Árboles arrancados y techos destruidos son solo algunos de los daños reportados, como un árbol que cayó sobre una casa. Las autoridades están trabajando contra reloj para restablecer el suministro eléctrico en medio del temporal, que ha empeorado una situación ya crítica.
La combinación de la crisis energética y los efectos devastadores del huracán Óscar amenaza con sumir aún más a Cuba en una emergencia humanitaria, mientras el país lucha por recuperar la estabilidad.