Denuncian que obra en Usaquén está a punto de convertirse en elefante blanco

Una obra de remodelación en el centro fundacional del barrio Usaquén, al norte de Bogotá, está paralizada desde hace 300 días, lo que ha generado preocupación entre comerciantes y residentes. El proyecto, cuyo costo asciende a 38.000 millones de pesos, comenzó hace casi cuatro años y actualmente enfrenta una nueva suspensión debido a hallazgos arqueológicos.

Crisis económica y retrasos injustificados

Según denunció el concejal Daniel Briceño en la red social X, junto con dos ediles de la localidad, la obra incumple las promesas del gobierno distrital, que tras más de un año no ha logrado finalizar los trabajos. La paralización ha tenido consecuencias directas en la economía del sector, llevando al cierre de al menos 10 negocios en una de las zonas gastronómicas y turísticas más importantes de la ciudad.

El problema no solo radica en la suspensión de la construcción, sino también en la necesidad de rehacer algunas partes ya finalizadas. Se ha denunciado que adoquines terminados han sido levantados y deben ser reparados nuevamente, lo que evidencia problemas graves de planeación y ejecución de la obra.

Problemas de planeación y costos adicionales

Uno de los puntos más controversiales es el pago de 40 millones de pesos durante los últimos 13 meses para el almacenamiento de los hallazgos arqueológicos encontrados en el sitio. Para Briceño, esta situación refleja fallas estructurales en la planeación de proyectos en la ciudad y el país, dejando a los comerciantes y residentes sin respuestas claras sobre la continuidad y finalización de las obras.

Un sector patrimonial afectado

El centro histórico de Usaquén es un importante punto turístico y patrimonial de Bogotá, especialmente reconocido por su mercado de las pulgas, que cada domingo atrae a miles de visitantes. La demora en la remodelación ha generado malestar entre la comunidad, que teme que la situación afecte aún más la economía local y la imagen del sector.

Los residentes y comerciantes exigen respuestas claras y soluciones concretas por parte del distrito, para evitar que la obra se convierta en otro elefante blanco en la capital.