Desarrollo con propósito vs. improvisación nacional

Por Julián Ceballos – Columnista

Mientras el país se debate entre promesas incumplidas y escándalos administrativos, Antioquia sigue su propio camino, demostrando que la gestión eficiente no es cuestión de discursos, sino de resultados. Aquí, en esta tierra de empuje y verraquera, no nos quedamos esperando milagros desde la Casa de Nariño, sino que trabajamos día a día por una región más próspera y con mejores oportunidades para todos.

Y es que mientras en Bogotá el presidente Gustavo Petro se empeña en gobernar con discursos incendiarios y proyectos de papel, en Antioquia construimos obras de verdad, que transforman vidas. Mientras él entrega hospitales de campaña en territorios azotados por el conflicto sin garantías de seguridad ni un plan a largo plazo, Alejandro Char entrega un mega hospital en Barranquilla, con infraestructura de calidad y capacidad real para atender a la gente. Uno improvisa, el otro ejecuta.
Hablemos de sueños y realidades. Porque se vale soñar, pero cuando se administra lo que más vale son las obras. “Obras son amores”. Petro anunció trenes y aeropuertos que jamás pasaron de los titulares. No hay primera piedra, no hay estudios técnicos, no hay presupuestos asegurados. Mientras tanto, en Antioquia, el gobernador Andrés Julián Rendón une municipios con vías de excelente calidad que facilitan la movilidad del agro y el comercio, sin burocracia ni falsas promesas. ¿Quién realmente está apostando por el desarrollo económico y social?

El gobierno central nos recorta presupuesto para infraestructura vial y en respuesta nos organizamos, trabajamos con el sector privado y buscamos soluciones reales. Pero Petro prefiere gobernar por decreto: expropia tierras a campesinos para sembrar lo que se le ocurre sin considerar las dinámicas económicas de cada región. ¿Así es como pretende mejorar el campo? No es una reforma agraria, es un atropello.
Y lo que más indigna: mientras deteriora las instituciones y les quita herramientas a las fuerzas de seguridad, aquí en Sabaneta, por poner un ejemplo, y en los municipios del Valle de Aburrá hacemos esfuerzos enormes por garantizar la seguridad y la confianza ciudadana. Mientras Petro destruye, nosotros construimos.

Aún así, cuando me paro en uno de los miradores del Valle de Aburrá, lo que veo es una Antioquia pujante, que sigue adelante pese a la ineptitud del gobierno nacional. Escucho esa canción que nos marcó: “Depende también de ti, darle amor a Medellín”. Y ese amor lo regamos por cada municipio, porque aquí sabemos que el progreso no llega por decreto, sino por trabajo, liderazgo y compromiso.
Sí, Colombia parece estar sola. Pero desde Antioquia y desde cada rincón donde se apuesta por el verdadero desarrollo, seguiremos defendiendo nuestra soberanía y nuestra libertad. Porque este país no se lo dejamos a la improvisación ni a la mediocridad. Aquí hay futuro, aquí hay resistencia, aquí hay progreso. Y mientras Petro sigue jugando a gobernar, nosotros seguimos gobernando en serio.