Dos monos rescatados muestran el rostro más cruel del cautiverio y el tráfico ilegal de fauna silvestre

En el Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CAVR) del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, dos pequeños monos luchan por sobrevivir al daño que les causó el cautiverio. Ambos son víctimas de la ignorancia, la indiferencia y el tráfico ilegal de animales que sigue dejando heridas profundas en la fauna silvestre colombiana.

El primero, un mono cariblanco infantil (Cebus albifrons), llegó con graves lesiones en la zona perianal, provocadas por el uso prolongado de pañales humanos durante meses de encierro. Según el reporte de la autoridad ambiental, el animal vivía en una casa, pasaba gran parte del tiempo sobre el lomo de un perro y fue entregado voluntariamente por quienes lo tenían. Al llegar al CAVR, presentaba desnutrición, irritación severa y heridas abiertas, causadas por la acumulación de materia fecal bajo el pañal. Hoy se recupera lentamente en la sala de neonatos, bajo cuidado permanente.

El segundo caso es aún más desgarrador. Se trata de un mono capuchino (Cebus capucinus), también cría, rescatado por la comunidad de personas que, según versiones, le suministraban drogas. El animal fue hallado en malas condiciones, con bajo peso y signos de maltrato. Lo más doloroso, explican los expertos, es que para que un mono tan joven llegue a manos humanas, su madre debió ser asesinada. Durante los primeros seis meses de vida, estos primates dependen completamente de ellas.

El Área Metropolitana recuerda que los animales silvestres no son mascotas. Desde 2024, el CAVR ha recibido 45 monos cariblancos y ocho capuchinos, la mayoría crías arrancadas de su entorno natural. Tenerlos en casa no es un acto de cariño, sino una forma de maltrato. “Cada mono en cautiverio representa una vida perdida en el bosque”, insisten los profesionales. El llamado es claro: no comprar, no tener y no promover la tenencia de fauna silvestre. Su hogar no es una jaula ni una casa; su hogar es la naturaleza.