EE. UU. transfiere la ayuda internacional al Departamento de Estado y cierra la USAID

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció que a partir del 1 de julio la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) dejará de administrar los programas de asistencia extranjera. En su lugar, el Departamento de Estado asumirá la gestión directa de la ayuda internacional, bajo un nuevo enfoque que prioriza la responsabilidad, la estrategia y los intereses nacionales.

“Esta era de ineficiencia sancionada por el gobierno ha llegado oficialmente a su fin”, afirmó Rubio en una columna publicada en la página oficial de la Secretaría de Estado, donde explicó los motivos detrás de esta decisión. Según indicó, USAID, que durante décadas administró más de 715 mil millones de dólares ajustados por inflación, no logró cumplir sus objetivos de desarrollo, ni promover la influencia de Estados Unidos de manera efectiva.

Rubio aseguró que, en muchos casos, los programas administrados por USAID solo sirvieron para crear un “complejo industrial de ONG a escala global” que gastaba los fondos públicos sin resultados sostenibles. “Los objetivos de desarrollo rara vez se han cumplido, la inestabilidad a menudo ha empeorado y el sentimiento antiestadounidense solo ha crecido”, escribió el secretario de Estado.

Como ejemplo, citó que desde 1991 las naciones del África subsahariana votaron junto a Estados Unidos solo el 29% de las veces en resoluciones clave de la ONU, a pesar de haber recibido $165 mil millones en ayuda. También mencionó los más de $89 mil millones invertidos en Medio Oriente y el norte de África que no lograron mejorar la imagen de Estados Unidos frente a China, y los $9,3 mil millones destinados a Gaza y Cisjordania, donde gran parte de los fondos terminaron en manos de aliados de Hamás.

Rubio criticó que los programas de USAID se presentaran como obras de caridad y no como instrumentos de política exterior para promover los intereses estadounidenses. Señaló que con frecuencia estas ayudas financiaban grupos contrarios a Estados Unidos, desde organizaciones alineadas con China hasta iniciativas globales de censura y cambio de régimen. “Eso termina hoy, y donde antes había un arcoíris de logotipos irreconocibles en la ayuda que salva vidas, ahora habrá un solo símbolo reconocible: la bandera estadounidense”, afirmó.

El nuevo modelo impulsado por el Departamento de Estado priorizará el comercio sobre la ayuda, la oportunidad sobre la dependencia y la inversión sobre la asistencia. Según Rubio, la ayuda exterior será ahora “selectiva y limitada en el tiempo” y se destinará a países que demuestren capacidad y voluntad de ayudarse a sí mismos, con un enfoque que promueva inversiones sostenibles del sector privado, incluidos fondos y empresas estadounidenses.

Rubio concluyó que este cambio busca contrarrestar el modelo de ayuda “explotador” de China, fortalecer la política exterior de “Estados Unidos Primero” y crear asociaciones globales basadas en la reciprocidad. “Para los estadounidenses y muchos en todo el mundo, el 1 de julio marcará el inicio de una nueva era de asociación global, paz, inversión y prosperidad”, sentenció.