Este jueves, la Cámara de Representantes aprobó en segundo debate la reforma a la salud, enviando el proyecto a la Comisión Séptima del Senado. Con una votación de 95 votos a favor y 25 en contra, la iniciativa fue respaldada en plenaria, lo que marca un avance importante para el Gobierno Nacional y para los ministros Armando Benedetti (del Interior) y Guillermo Alfonso Jaramillo (de Salud), quienes el 5 de marzo pidieron al Congreso que tramitara el proyecto con “mensaje de urgencia e insistencia”.
La reforma ha generado serias preocupaciones entre los empresarios del sector. Uno de los puntos clave de la reforma es la transformación de la Adres (Administradora de los Recursos del Sistema de Salud) en el gran pagador único del sistema, lo que cambiaría significativamente la manera en que se gestionan los pagos a hospitales y clínicas, desplazando a las EPS. Además, las EPS se convertirían en Gestoras de Vida y Salud, un proceso que debe completarse en los próximos dos años.
Sin embargo, los empresarios y representantes del sector salud han mostrado su descontento. El dirigente gremial Mac Master fue claro en señalar los problemas fundamentales que, a su juicio, presenta la reforma: “La reforma a la salud tiene muchos problemas. El principal es que no tiene en cuenta la atención a los pacientes, no tiene en cuenta cómo se hará la transición de los pacientes, no se sabe cómo va a ser la atención”.
Mac Master expresó su preocupación de que, sin una hoja de ruta clara sobre cómo se implementarán los cambios, la reforma podría generar un gran caos en el sistema de salud, afectando directamente a los colombianos. Los empresarios advierten que, si no se toman en cuenta estos detalles cruciales, el traumatismo podría ser tan grande que incluso podría poner en peligro la salud y la vida de los ciudadanos.
Con el proyecto avanzando hacia el Senado, los empresarios esperan que se consideren sus inquietudes y se busque un equilibrio entre los objetivos de la reforma y la viabilidad del sistema de salud, para evitar efectos negativos a largo plazo en la atención a los pacientes y en la sostenibilidad del sector.