El analista Juan Sebastián Delgado cuestionó con dureza la reciente encuesta y mediciones digitales realizadas por Guarumo y Ecoanalítica, señalando que sus resultados presentan inconsistencias metodológicas y aparentes intenciones de manipulación de la opinión pública en Colombia.
Según Delgado, en un mismo fin de semana la firma buscó influir en la opinión desde dos frentes: primero publicando un tracking digital basado en redes sociales y Google, y luego difundiendo una encuesta tradicional sobre favorabilidad e intención de voto presidencial. Sin embargo, en ambos casos detectó graves falencias.
Por un lado, en el análisis digital, criticó que se reportara el mismo número en total de seguidores y crecimiento para cuentas y páginas con años de creadas, un hecho que calificó de “prácticamente imposible”. Además, señaló que las interacciones fueron medidas por totales y no por promedios por publicación, lo que distorsiona los resultados al no considerar el tamaño de las audiencias y el ritmo de publicaciones diarias.
Otra inconsistencia señalada por Delgado es la falta de claridad en los parámetros para definir términos como “virales” o “tendencia”, y la omisión del número de compartidos, que es clave para medir el alcance real de los contenidos. Igualmente, cuestionó el listado de personas que más pautan en Meta, asegurando que la firma omitió nombres de quienes, según datos oficiales de la librería de anuncios, han invertido más en publicidad digital, incluyendo incluso a un aparente precandidato presidencial ausente en su lista.
Sobre la encuesta tradicional, Delgado advirtió problemas en el diseño muestral. Explicó que en algunos municipios, por ejemplo, se incluyeron muestras de apenas 16 personas en poblaciones de casi 600 habitantes, un tamaño que consideró irrisorio e insuficiente para asegurar la representatividad estadística. También criticó que se incluyeran 74 precandidatos presidenciales en la lista, cifra que no corresponde con los registros actuales de la Registraduría Nacional, y lamentó la omisión de nombres como el de Juan Carlos Pinzón, quien públicamente ha manifestado su interés en aspirar.
Finalmente, cuestionó la aparente contradicción en los resultados, donde la encuesta muestra que el 50.3 % de los encuestados cree que el presidente Gustavo Petro tiene una gestión mala o pésima y el 53.8 % no apoyaría su propuesta de constituyente, pero al mismo tiempo aparece liderando la intención de voto por encima de expresidentes como Álvaro Uribe, Iván Duque, Juan Manuel Santos, Andrés Pastrana y Ernesto Samper. “Cómo raro, ¿no?”, concluyó Delgado.
En un mismo fin de semana Guarumo quiso mover la opinión desde dos frentes: digital y tradicional. Primero con una medición de redes y Google y luego con una encuesta. Y en ambos escenarios hay grandes inconsistencias.
— Juan Sebastián Delgado (@juansedg) July 8, 2025
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A las críticas se sumó Luz María Sierra, directora de El Colombiano, quien fue contundente al opinar sobre la credibilidad de los resultados. “Si esta encuesta preguntó por todos estos señores y señoras, no tiene ninguna credibilidad”, expresó.
Si esta encuesta preguntó por todos estos señores y señoras no tiene ninguna credibilidad. pic.twitter.com/EKgluANR1b
— Luz María Sierra (@LuzMaSierra) July 8, 2025
En la misma línea, la psicóloga María Piedad Gil Botero calificó la encuesta como un “adefesio con intencionalidad psicológica y política clarísima”, asegurando que las inconsistencias estadísticas buscan manipular la percepción de consenso. Gil Botero explicó que la percepción de consenso es la creencia de que la mayoría comparte una idea, y puede llevar a los votantes indecisos o menos formados a apoyar al candidato que aparentemente lidera, un mecanismo que considera peligroso para la democracia.
Según la psicóloga, resulta incoherente que un presidente con apenas un 26.6 % de favorabilidad pueda aparecer liderando las encuestas de intención de voto, especialmente en un contexto en el que los principales problemas percibidos por los ciudadanos son el deterioro de la salud, la inseguridad, la corrupción y el alto costo de vida, temas que han golpeado con fuerza la gestión actual.
Gil Botero concluyó su análisis con un llamado a la transparencia en los procesos políticos y de opinión: “Ya es tiempo de que le juguemos al respeto, de que ganemos en franca lid, de que este país hermoso y su gente empiecen a importarnos de verdad, y que la verdad impere por encima de verdades amañadas y manipuladas. ¡No nos crean tan pendejos!”.
Lea aquí la columna de opinión: De encuestas y otras maldiciones