En medio de un tenso pulso político, la Cámara de Representantes eligió este lunes a su nueva mesa directiva para la última legislatura del Congreso. Aunque el gobierno de Gustavo Petro logró quedarse con la presidencia a través de Julián López Tenorio, del Partido de la U, sufrió un duro revés al perder el control de las vicepresidencias, dejando en evidencia sus fracturas internas y su debilitada capacidad de maniobra.
Julián López, representante vallecaucano de 42 años, oriundo de Palmira, fue elegido presidente de la Cámara con 104 votos frente a los 76 obtenidos por Leonardo Rico de Cambio Radical. Administrador de empresas de la Universidad Javeriana y con especialización y maestría en Gobierno y Políticas Públicas del Externado, López ha hecho su carrera en cargos burocráticos más que en posiciones de liderazgo político real: fue asesor en el Congreso y el Ministerio del Interior en el gobierno Santos, director de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, secretario general de Coldeportes y subdirector de la Federación Nacional de Departamentos, hasta llegar a la Cámara en 2022 con 52.864 votos.
Su elección estuvo marcada por divisiones internas en la U. López pertenece al ala opositora a la gobernadora Dilian Francisca Toro y enfrentó roces con Alejandro Ocampo, representante cercano a Petro, quien también aspiraba a la presidencia de la corporación. Horas antes de la votación, Ocampo terminó dándole su apoyo, facilitando así un triunfo cantado que evidencia los acuerdos entre el partido de la U, sectores independientes y el gobierno nacional.
Pero la verdadera derrota para el Ejecutivo se dio en las vicepresidencias. La primera quedó en manos de Juan Sebastián Gómez, del Nuevo Liberalismo, quien logró 108 votos frente a los 72 de Norman Bañol Álvarez, candidato indígena respaldado por el Pacto Histórico. Gómez es un representante distante del gobierno Petro, y su elección confirma que las mayorías en la Cámara están lejos de ser unánimes para el Ejecutivo.
La segunda vicepresidencia fue aún más tensa. Daniel Carvalho, del partido Verde Oxígeno y quien ocupa el cargo por ser parte de la ‘oposición’, también alcanzó 108 votos. Sin embargo, durante la semana previa se conocieron fuertes movidas del gobierno para intentar quedarse con esa dignidad, buscando incluir a Juan Manuel Cortés, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, con el fin de lograr una mesa directiva totalmente alineada con las políticas de Petro. Fue el propio Carvalho quien denunció las presiones al señalar: “El Gobierno quiere quedarse con ese puesto en una clara afrenta a la democracia, a la separación de poderes y al Estatuto de la Oposición, y esa es la lucha que tenemos hoy”.
Finalmente, los acuerdos se cumplieron y Carvalho ocupará la segunda vicepresidencia, confirmando el revés para el gobierno y demostrando que, pese a sus esfuerzos de cooptar todas las dignidades, la independencia de algunos sectores legislativos sigue siendo un obstáculo para las aspiraciones de control total del petrismo.
Así, la nueva mesa directiva refleja el panorama político actual: un gobierno que asegura cargos clave mediante acuerdos burocráticos, como con Julián López, pero que enfrenta la resistencia de partidos independientes y opositores que no están dispuestos a ceder toda la gobernabilidad al Ejecutivo.