Durante la jornada de manifestaciones convocadas por el presidente Gustavo Petro, Medellín vivió momentos de alta tensión cuando un grupo de encapuchados alteró el orden público y convirtió una protesta pacífica en una serie de actos violentos que afectaron bienes públicos, privados y pusieron en riesgo a familias que se encontraban en el sector de la avenida El Poblado.
Según informó la Alcaldía, ante los hechos de agresión, intimidación a menores, daños materiales y ataques directos a funcionarios de la Secretaría de Seguridad y Convivencia, el Puesto de Mando Unificado (PMU) ordenó la intervención inmediata y el uso diferenciado y proporcional de la fuerza, conforme a la ley.
En la Avenida El Poblado, particularmente en la zona de la Milla de Oro, se registraron los hechos más graves: encapuchados lanzaron piedras contra locales comerciales, incluyendo un restaurante McDonald’s donde familias celebraban un cumpleaños con niños y niñas. Los vándalos atacaron el establecimiento y amenazaron a las personas que se encontraban adentro, obligándolas a refugiarse.
“Que no se equivoquen quienes creen que en Medellín se puede desafiar la autoridad, el orden y la legalidad. Esto no fue una protesta, fue vandalismo, este acto no solo constituye un ataque a la propiedad privada, sino una agresión directa contra los derechos de quienes merecen especial protección: nuestros niños, niñas y mujeres” señaló el secretario de seguridad Manuel Villa.
Durante los disturbios, diez gestores de convivencia resultaron heridos, algunos con golpes en el rostro y quemaduras por sustancias químicas. La gravedad de los hechos llevó a la Policía Nacional a desplegar unidades del UNDEMO para restablecer el orden y proteger a la ciudadanía.
“Ninguna causa justifica la violencia ni los ataques contra quienes trabajan por proteger a los demás”, señaló la administración, destacando que la fuerza pública actuó en cumplimiento de su deber constitucional para resguardar los derechos de las personas ajenas a la protesta violenta.
El alcalde reiteró que Medellín no permitirá que quienes destruyen y generan miedo pretendan incendiar la ciudad. “Aquí hay institucionalidad, una ciudadanía que quiere vivir en paz y una fuerza pública que actúa con determinación”, afirmó.
Por su parte, el concejal de Medellín Andrés “El Gury” Rodríguez intervino junto a las autoridades locales para detener el avance de la marcha en el punto más crítico de la avenida El Poblado, mientras los manifestantes le gritaban consignas y reproches.
Gracias a la intervención de gestores de seguridad y a la rápida reacción de la Policía, las autoridades lograron impedir mayores afectaciones a personas y establecimientos. La administración municipal reiteró que defiende el derecho a la protesta pacífica, pero advirtió que no tolerará actos que atenten contra la seguridad ni el orden público en la ciudad.