Grupos ilegales convierten al Catatumbo en un laboratorio de coca a cielo abierto

La región del Catatumbo, en Norte de Santander, enfrenta una de las peores crisis humanitarias de su historia. Este viernes, el gobierno nacional expidió el Decreto 0062 de 2025, que declara la Conmoción Interior en la zona, señalando la transformación de este territorio en un centro estratégico para el narcotráfico liderado por grupos armados ilegales como el ELN y las disidencias de las Farc.

Según el documento, el Catatumbo es utilizado por el ELN para el transporte de insumos y drogas procesadas, además de ser un epicentro de violencia entre guerrillas y otros grupos criminales que buscan controlar cultivos ilícitos y rutas hacia la frontera con Venezuela. El impacto humanitario es devastador, con más de 42.000 desplazados y cerca de 100 muertos en lo que va del año, cifras alarmantes confirmadas por la Defensoría del Pueblo.

El Catatumbo: un epicentro del narcotráfico

El gobierno destaca que municipios como Sardinata y Tibú concentran gran parte de las 43.178 hectáreas de cultivos de coca identificadas en el informe de 2023 del Observatorio de Drogas de Colombia. La reactivación del mercado ilícito de coca ha intensificado la actividad criminal, agravando la situación en la región.

En el Catatumbo operan diversos actores armados, incluyendo el Frente de Guerra Nororiental del ELN, los Grupos Armados Organizados residuales (GAOr) Segunda Marquetalia y Estado Mayor Central, los Pelusos, y el Clan del Golfo, según detalla el decreto. Esta proliferación de grupos ilegales evidencia la fragilidad de la política de seguridad actual, así como las dificultades para implementar procesos de paz eficaces.

La violencia se expande por todo el país

La crisis en el Catatumbo no es un caso aislado. Regiones como Córdoba, Sucre y el sur de Bolívar también reportan un aumento en hechos violentos, protagonizados por estructuras como el Clan del Golfo, que tiene presencia en 392 municipios, según Human Rights Watch.

Asimismo, en Santa Marta, las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra han intensificado sus actividades criminales, cobrando vidas y sembrando el miedo en la población. Estas acciones contrastan con los esfuerzos gubernamentales por avanzar en mesas exploratorias de paz con dichas estructuras.

El conflicto se traslada a las ciudades

Además de las áreas rurales, el conflicto armado ha llegado con fuerza a zonas urbanas como Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla, donde los índices de criminalidad siguen al alza. Las dinámicas de violencia, que alguna vez fueron exclusivas del campo, ahora afectan con mayor intensidad a los centros urbanos, ampliando el alcance de esta crisis humanitaria.

El gobierno del presidente Gustavo Petro enfrenta crecientes críticas por su gestión de la seguridad, mientras que voces de la oposición, como la senadora María Fernanda Cabal, advierten que los diálogos de paz han facilitado el fortalecimiento del narcotráfico en regiones como el Catatumbo.

En este contexto, el decreto de Conmoción Interior busca contener una situación que, lejos de resolverse, sigue desbordándose hacia todo el territorio nacional.