Emmanuel Macron, quien sacudió el panorama político francés en 2017 al fundar su propio partido y ganar las elecciones, ha vuelto a cambiar el juego político en 2024 al convocar elecciones legislativas anticipadas. El resultado ha sido un arrollador triunfo de la extrema derecha de Marine Le Pen, lo que ha generado una onda expansiva de consecuencias impredecibles.
Uno de los efectos inmediatos es una profunda división dentro de la derecha tradicional. El presidente de Los Republicanos, Eric Ciotti, ha manifestado su deseo de pactar con Le Pen de cara a los comicios, una postura que muchos dirigentes del partido rechazan. «Aliarse con Le Pen es franquear una línea roja», han dicho algunos de los líderes conservadores más prominentes.
Con la izquierda fragmentada y sin consenso sobre el camino a seguir, el tradicional «cordón sanitario» contra la extrema derecha, que hasta ahora había impedido a Le Pen llegar al poder, está resquebrajándose. En su lugar, parece emerger un «cordón anti Macron». La posibilidad de que la extrema derecha llegue al poder en Francia tras las legislativas ya no parece lejana.
Este nuevo escenario político se agrava tras el apoyo masivo que Jordan Bardella, candidato de Reagrupamiento Nacional (RN), recibió en las elecciones europeas, obteniendo el respaldo de un tercio de los votantes. Las negociaciones para formar alianzas entre los distintos bloques parlamentarios (izquierda, extrema derecha y mayoría presidencial) han sumido a Francia en un caos político.
Jordan Bardella ha anunciado que «habrá un acuerdo» con decenas de diputados republicanos, sin especificar cuántos ni cuándo se materializará esta alianza. Los Republicanos, que cuentan con 61 diputados, siempre habían rechazado cualquier tipo de apoyo a Le Pen. Sin embargo, Eric Ciotti ha defendido su decisión en un programa de TF1, argumentando que RN «entra dentro del arco republicano» y que la amenaza mayor proviene del bloque de izquierda y de Macron.
Marine Le Pen, en su proceso de normalización del discurso político, ha convencido a Ciotti de que el resto del espectro político supone una amenaza mayor para el país. Sin embargo, otros líderes conservadores, como Laurent Wauquiez, Valérie Pécresse y Bruno Retailleau, han pedido la dimisión de Ciotti, acusándolo de traición. Ciotti, en 2021, había afirmado que «Los republicanos no harán nunca una alianza con RN, tenemos divergencias ideológicas profundas, y debemos preservar nuestra independencia y nuestra integridad».
Mientras tanto, la izquierda tampoco ha logrado unificar su estrategia. A pesar de los intentos de crear un Frente Popular para frenar a Le Pen, las diferencias internas persisten. Raphael Glucksmann, candidato socialista, ha declarado que «no hay que hablar de acuerdo» todavía, rechazando la vinculación con La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon.
Las encuestas actuales indican que el partido de Marine Le Pen ganaría las próximas elecciones con el 35% de los votos, un aumento significativo desde el 18% obtenido en 2022. La izquierda obtendría un 25% y el bloque de Macron quedaría en tercera posición con un 18%.
En medio de esta turbulencia, se espera que Emmanuel Macron ofrezca una conferencia de prensa este miércoles. Su debilitada posición doméstica contrasta con su papel como líder en Europa, justo antes de importantes citas internacionales, como la reunión del G7 y la cumbre de paz en Suiza.
Los sindicatos han convocado movilizaciones contra la extrema derecha este fin de semana, apoyadas por la izquierda. Manifestaciones espontáneas ya se han registrado en varias ciudades, incluyendo París.