La memoria y el destino

Julián Ceballos – Columnista

Cuando llegué a Sabaneta aquel 8 de octubre de 2001, no imaginé que pasaría de enseñar catequesis a defender los intereses de quienes me recibieron con amor. Tampoco que en la política encontraría la posibilidad de hablar con propiedad sobre lo que duele en mi ciudad. Con el tiempo entendí que el desarrollo no solo se mide en obras, sino en calidad de vida, en empresas que generan empleo, en barrios que progresan y en gobiernos que dejan huella.

He visto administraciones en Colombia de todos los matices, algunas con visión, otras con mezquindad. Pero si algo he aprendido es que la política es, sobre todo, memoria. Lo comprendí en 1996, cuando un hombre, tras un atentado que sacudió a Antioquia, llegó al casino de oficiales de la Cuarta Brigada y me pidió un tinto. A pesar de la cocina cerrada, se lo llevé. Minutos después, mientras limpiaba el desastre que hice al prepararlo, escuché su voz: “Julián, muchas gracias por tu atención”. No podía creer que el Gobernador me llamara por mi nombre.

Seis años después, mientras servía jugos en la inauguración de un puente en Envigado, quien en ese momento era Presidente de Colombia, me miró de nuevo: “Gracias, Julián. Nos volvemos a ver”. Ya entendía quién era, lo que había hecho por Antioquia y lo que significaba el liderazgo de Álvaro Uribe.

El destino y la confianza de quienes creen en un partido que nació en tiempos de incertidumbre me trajeron hasta aquí. Hoy, desde Sabaneta, conservo la misma convicción de aquel hombre que dos veces recordó mi nombre: la memoria es la que sostiene la historia. Y la historia nos dice que aún queda mucho por recuperar.

Por eso, en honor a la historia y la memoria, entiendo que el Centro Democrático seguirá creciendo en Sabaneta y Colombia. Un partido político renovado, que no depende de un apellido ni de los matices equivocados que han intentado debilitarlo, sino de la fuerza de la ciudadanía: de empresarios, empleados, innovadores, emprendedores, amigos, padres, hijos y de todos aquellos que creen que el país solo avanza cuando trabajamos por él. No desde el asistencialismo, sino desde el desarrollo económico y social.

Desde mi visión y con mi respaldo, el Centro Democrático sigue firme en Sabaneta. E invito a Colombia a recuperar la mirada de un país que hoy está en manos de la mezquindad de un fallido gobierno del cambio.