El presidente Gustavo Petro se convirtió en el centro de críticas luego de declarar que “JP Morgan busca cómo bajar nuestra calificación a cómo dé lugar”, relacionando esta afirmación con su postura respecto a Palestina. Sin embargo, su declaración contenía un error fundamental: JP Morgan no es una calificadora de riesgo, sino un banco de inversión.
El periodista Luis Carlos Vélez fue uno de los primeros en señalar el desliz, recordándole al mandatario que las únicas entidades con capacidad para calificar la solvencia crediticia de un país son Standard & Poor’s, Fitch Ratings y Moody’s. Vélez comentó en redes:
“Señor presidente, con todo el cariño y respeto, JP Morgan no es una calificadora de riesgo. Es un banco que emite advertencias a sus inversionistas. No tiene nada que ver con bajar la calificación de Colombia. Y, además, mezclar este tema con Israel y Palestina es una suma de peras con manzanas que no tiene sentido.”
El error generó una ola de reacciones en redes sociales y entre expertos financieros, quienes recordaron que JP Morgan, fundado en 1799, actúa como asesor financiero y emite análisis de mercado, pero no influye directamente en las calificaciones crediticias de los países.
Más allá del error técnico, analistas advierten que este tipo de declaraciones pueden dañar la percepción de Colombia ante inversionistas internacionales, en un momento en el que el país enfrenta desafíos económicos y necesita mantener la confianza externa.
La oposición no tardó en aprovechar la situación para cuestionar la preparación del presidente y su equipo económico. Este episodio se suma a una serie de tensiones entre el Gobierno colombiano y los mercados financieros, poniendo de nuevo en evidencia la importancia de la precisión en las comunicaciones oficiales.