En el campo no basta con tener ganado y tierra: se necesita orden, visión y disciplina. Así lo asegura Alberto Veracruz, experimentado administrador de finca en Apulo, Cundinamarca, quien comparte los 10 mandamientos que, según su experiencia, todo productor debe seguir para tener un negocio rentable y sostenible en el tiempo. Para Veracruz, uno de los errores más comunes de los productores es pensar que una finca es solo un lugar de crianza, cuando en realidad debe ser gestionada como una empresa. “Si no se maneja con números claros y metas definidas, tarde o temprano se estanca”, afirma.
El primer mandamiento es la planeación estratégica, lo que implica prever escenarios, establecer objetivos claros y presupuestar. El segundo es definir una estructura organizacional, con roles precisos para cada trabajador, lo que evita conflictos y mejora la eficiencia. El tercer mandamiento es ejercer un liderazgo motivador, en donde el administrador no solo dirija, sino que inspire y acompañe a su equipo. El cuarto principio gira en torno a la gestión del ganado: mantener un registro detallado de edad, peso, producción, tratamientos y partos es esencial para tomar decisiones acertadas. “El que no lleva inventario de su ganado está a ciegas; no sabe si gana o pierde”, advierte Veracruz.
El quinto mandamiento está enfocado en tener una meta reproductiva clara: carne, leche o doble propósito. El sexto se relaciona con la alimentación del hato, la cual debe ser balanceada y adecuada según el objetivo productivo. En séptimo lugar, resalta el manejo del pasto como el verdadero motor de la finca. Para Veracruz, “el forraje es la fábrica de la finca, pero pocos lo tratan como tal”. La rotación de potreros, siembra de pastos mejorados y fertilización hacen parte del “círculo virtuoso” que mantiene a la finca funcionando.
El octavo mandamiento es la salud animal, que incluye vacunación, bioseguridad y control de plagas. Le sigue el noveno precepto: bienestar animal, que implica garantizar sombra, agua limpia y espacio suficiente. “Un animal estresado baja la producción y se enferma más fácil. Es así de sencillo”, sentencia.
Finalmente, el décimo mandamiento, y uno de los más importantes, es llevar las cuentas claras. Nunca se deben mezclar los gastos personales con los de la finca, y siempre debe existir una contabilidad detallada de ingresos, egresos y análisis de rentabilidad. “El que no lleva un presupuesto se engaña solo; cree que produce más de lo que es en realidad”, advierte.
Para Alberto Veracruz, estos mandamientos no son fórmulas mágicas, sino principios base que deben adaptarse a cada realidad. Recomienda apoyarse en expertos, aplicar conocimiento técnico, y sobre todo, tener pasión por el campo. “Administrar una finca no es tarea de un día ni de un mes. Es un proceso constante que exige disciplina, paciencia y, sobre todo, amor por el campo. El que cumpla estos mandamientos verá cómo su finca no solo produce, sino que crece y se sostiene en el tiempo”, concluye.
Fuente Contexto Ganadero