Arrendar vivienda en Medellín nunca había sido tan costoso. Un nuevo estudio del Banco de la República reveló que la capital antioqueña superó a Bogotá como la ciudad con el precio de arriendo más alto de Colombia, un cambio que refleja las profundas transformaciones del mercado inmobiliario en los últimos años.
El informe, que analiza las disparidades regionales en los precios de arrendamiento entre 2008 y 2024, muestra que las diferencias entre ciudades pueden llegar hasta un 25%, incluso cuando se ajustan factores como el tamaño, la ubicación o las condiciones estructurales de las viviendas. En otras palabras, un mismo apartamento puede costar hasta una cuarta parte más caro en Medellín que en otras capitales del país.
Según el Banco de la República, el arriendo se consolidó como la forma más común de vivienda en Colombia. En 2008, el 32% de los hogares vivía en arriendo; para 2024, la cifra subió al 40,5% a nivel nacional y al 49,8% en las cabeceras municipales. En contraste, los hogares propietarios pasaron del 48,1% al 35,2%, mostrando que tener casa propia se volvió cada vez más difícil.
El estudio explica que esta tendencia se debe a varios factores: la desaceleración en la construcción, el encarecimiento del suelo urbano y las dificultades para acceder a créditos hipotecarios. Solo en 2024, los lanzamientos de Vivienda de Interés Social (VIS) cayeron un 10,2%, y las obras iniciadas disminuyeron un 9,3%. En el caso de la vivienda No VIS, las reducciones fueron aún mayores.
Además, el mercado del arriendo se ha vuelto un motor clave de la economía: en 2024 alcanzó los $26,4 billones, equivalentes al 8,8% del PIB nacional. Este sector no solo mueve miles de millones, sino que también impacta directamente la inflación y el costo de vida, ya que el pago de arriendo representa una cuarta parte de la canasta del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
El documento advierte que, aunque los arriendos se ajustan cada año con base en la inflación, suelen hacerlo con un leve rezago. En 2024, el DANE reportó aumentos del 6,52% en el arriendo efectivo y del 6,28% en el arriendo imputado, cifras ligeramente superiores a la inflación total del 5,81%.
En términos simples, vivir arrendado se ha vuelto más caro que nunca, y el esfuerzo económico para mantener un techo sobre la cabeza pesa más en ciudades como Medellín, donde los precios suben rápido y las opciones de compra se alejan. Una realidad que confirma que, para muchos colombianos, tener casa propia sigue siendo un sueño cada vez más difícil de alcanzar.