Muere un hombre en Australia por un virus similar a la rabia transmitido por un murciélago

Un hombre de 50 años falleció en el estado de Nueva Gales del Sur, Australia, tras infectarse con el lyssavirus del murciélago australiano, un virus extremadamente raro pero letal, similar al de la rabia. Se trata del cuarto caso registrado en seres humanos desde 1996 en el país y el primero que causa la muerte en este estado.

La víctima había sido mordida por un murciélago hace varios meses, pero no presentó síntomas hasta la última semana, cuando fue ingresada en estado crítico y posteriormente falleció. “Expresamos nuestras más sinceras condolencias a la familia y amigos del hombre por su trágica pérdida”, señaló el Departamento de Sanidad de Nueva Gales del Sur en un comunicado oficial.

El lyssavirus pertenece a la misma familia que el virus de la rabia y genera síntomas similares. Aunque Australia no registra casos de rabia como enfermedad endémica, este virus representa un riesgo real, pues se transmite cuando la saliva de un murciélago infectado entra en contacto con el cuerpo humano, ya sea por mordedura o incluso por un simple arañazo.

Los síntomas pueden tardar días o incluso años en aparecer y suelen iniciar como un cuadro gripal, con dolor de cabeza, fiebre o fatiga, pero progresan rápidamente a delirios, convulsiones y, finalmente, la muerte.

Keira Glasgow, directora de protección del ente de salud regional, advirtió que en 2024 un total de 118 personas requirieron atención médica tras ser mordidas o arañadas por murciélagos, aunque este es el primer caso confirmado del virus en Nueva Gales del Sur y el cuarto en toda Australia.

La funcionaria hizo un llamado urgente a la población para evitar cualquier contacto con murciélagos, incluso si parecen heridos o inofensivos. “En caso de que una persona sufra una mordedura o un arañazo de uno de estos animales, debe lavar bien la herida durante 15 minutos y acudir urgentemente a un médico”, insistió.

Finalmente, las autoridades recordaron que todos los murciélagos australianos pueden ser potenciales portadores del virus, por lo que no deben ser manipulados sin protección y formación adecuada.