En varias comunas de Medellín, un grupo de mujeres decidió romper esquemas y entrarle de frente a oficios que hasta hace poco parecían exclusivos de los hombres: el estuco, la pintura y la mampostería.
La idea no es solo aprender un nuevo oficio, sino abrirse oportunidades laborales que les permitan ser más independientes y tener autonomía económica.
Este proceso hace parte de la Alianza para la Igualdad de Género, un trabajo conjunto entre la Secretaría de las Mujeres, la Fundación Para Construir y el SENA. Con estas capacitaciones, se busca que más mujeres lleguen a sectores productivos tradicionalmente masculinos y que Medellín avance hacia una ciudad con más equidad.
Además de las técnicas de construcción, las participantes reciben acompañamiento en temas de liderazgo, confianza personal y proyección de vida, gracias a equipos de la Secretaría que promueven la autonomía económica y la equidad de género.
“Lo que estamos logrando es que cada mujer tenga más herramientas para tomar decisiones sobre su vida y su futuro, y que también puedan demostrar que estos oficios no tienen género”, explicó Valeria Molina, secretaria de las Mujeres del Distrito de Medellín
Con brochas, espátulas y mezclas, ellas están demostrando que la construcción también es un espacio para las mujeres, y que cada trazo no solo arregla una pared, sino que ayuda a derribar viejos estereotipos.