Con un acto solemne en el Despacho Oval, el presidente Donald Trump anunció este viernes la salida de Elon Musk como líder formal del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), aunque aseguró que el magnate seguirá siendo un “amigo y consejero” en su esfuerzo por recortar el gasto público en Estados Unidos.
“Es uno de los grandes innovadores del mundo”, dijo Trump al referirse a Musk, destacando la visión disruptiva del empresario que, según el mandatario, ha servido para “adelgazar” la Administración y frenar los programas públicos que considera innecesarios.
Musk, por su parte, prometió que seguirá “yendo y viniendo” de Washington, a pesar de dejar su cargo formal. “Realmente, Elon no se va”, afirmó Trump, dejando claro que la relación entre ambos seguirá siendo clave en la Casa Blanca.
A pesar de la cercanía que demostraron durante el encuentro, la gestión de Musk ha estado marcada por la polémica. Bajo su liderazgo, el DOGE impulsó la eliminación de miles de puestos de funcionarios y recortes drásticos en ayudas internacionales, algo que sus detractores consideran un golpe a las políticas de bienestar y cooperación global.
Aunque Musk había prometido reducir el gasto público en un billón de dólares antes del 1 de octubre, los resultados presentados este viernes no alcanzaron esa meta, generando críticas de sectores progresistas y de la comunidad internacional. Sin embargo, Trump y Musk defendieron el programa como “un éxito rotundo” que debe continuar bajo otras formas.
“Seguiré siendo un amigo y consejero del presidente”, reiteró Musk, dejando abierta la posibilidad de mantener su influencia desde fuera del Gobierno. Su figura, divisiva pero influyente, seguirá orbitando en la política estadounidense, mientras Trump refuerza su promesa de “achicar el Estado” de cara a su nuevo mandato.