Petro busca calmar el incendio que él mismo encendió: Carta a Trump en medio de tensiones y contradicciones diplomáticas

El presidente Gustavo Petro intentó dar un giro a la crisis diplomática que él mismo desató con Estados Unidos. En una carta dirigida al presidente Donald Trump, el mandatario colombiano adoptó un tono conciliador y hasta humilde, buscando recomponer unas relaciones que se han visto deterioradas por sus constantes ataques y señalamientos infundados contra Washington y sus aliados.

La situación no surgió de la nada. Petro, en su ya característico estilo confrontacional, había acusado días atrás al gobierno estadounidense de participar en planes golpistas en su contra, citando supuestas revelaciones de Nicolás Maduro y apuntando directamente contra el secretario de Estado, Marco Rubio, y el senador colombiano Miguel Uribe Turbay.

En sus palabras, Estados Unidos estaría inmerso en “dinámicas de desestabilización” para tumbar su gobierno, asegurando que su exministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, habría acudido a Washington en busca de apoyo para este presunto golpe de Estado. Sin embargo las acusaciones, fueron calificadas por el Departamento de Estado como “peligrosas” y “carentes de fundamento”.

Desde el inicio de su mandato ha denunciado complots internos y externos cada vez que su gobernabilidad se tambalea.

En la carta enviada a Trump, Petro adoptó un tono radicalmente distinto al de sus discursos públicos. Allí reconoció que sus palabras pudieron ser “innecesariamente duras” y negó haber querido señalar de manera directa a funcionarios estadounidenses.

“Mi preocupación ha sido siempre advertir sobre dinámicas de desestabilización que afectan a nuestra región… No es mi intención cerrar puertas, sino abrir caminos para una conversación honesta y respetuosa entre nuestros países”, escribió.

Para algunos analistas, el contraste entre sus mensajes incendiarios y esta carta es un síntoma preocupante de improvisación diplomática. Mientras tanto, desde la oposición lo calificaron como “un intento desesperado por reparar un daño autoinfligido”.

En la misiva, Petro también rechaza cualquier vínculo entre sus palabras y el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, perpetrado hace una semana en Bogotá. Sin embargo, sectores del Centro Democrático sostienen que la retórica violenta del presidente genera un clima que legitima la agresión política.

No es menor que en noviembre de 2024 Petro haya publicado en X: “¿Vas a llevar, Miguel Uribe, como tu abuelo, a diez mil colombianos a la tortura para frenar al pueblo? Ya no podrás, el pueblo se ha decidido”, en alusión a los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el gobierno de Julio César Turbay. A esto se suman sus constantes señalamientos al Centro Democrático como un partido “golpista”, acusaciones que hoy Petro minimiza en su carta, afirmando que “sus palabras fueron malinterpretadas”.

Una de las críticas más duras provino de la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal, quien cuestionó la incoherencia del mandatario. “La incontinencia verbal de Petro lo lleva a buscar de rodillas que le acepten unas excusas en una carta que claramente no redactó, y donde vuelve a presentarse como víctima. No olvidemos sus acusaciones: nada tienen de expresión pacífica ni de amistad con EE.UU. Más le valdría gobernar con seriedad y medirse antes de acusar. Esta es la irresponsabilidad como método de gobierno”, señaló Cabal

El contenido de la carta generó sospechas sobre su autenticidad. Analistas señalan que el estilo no corresponde al lenguaje habitual de Petro y que la misiva carece de la firma oficial del presidente, un protocolo básico en comunicaciones de Estado.

La vocera de Trump, Karoline Leavitt, aseguró que no podía confirmar la recepción de la carta, alimentando especulaciones sobre su envío oficial. No fue sino hasta que Laura Sarabia, exministra de Relaciones Exteriores, publicó evidencias de la entrega a través del embajador Daniel García Peña, que se dio por confirmada su llegada a la Casa Blanca. Aunque lo que si es seguro es que el presidente de los Estados Unidos Donald Trump aun ni la leyó.

Más allá de las disculpas, Petro aprovechó la carta para proponer una cumbre entre Estados Unidos y CELAC, con el objetivo de abordar crisis regionales como el cambio climático, la migración y la desigualdad. Sin embargo, expertos en relaciones internacionales consideran que, ante la fragilidad diplomática del gobierno colombiano y el nulo interés de Trump por la integración latinoamericana, la propuesta no es más que un distractor para desviar la atención de sus problemas internos.

“Petro utiliza la CELAC como un salvavidas cada vez que su relación con Estados Unidos entra en crisis. Su política exterior carece de coherencia y se construye sobre la base de sus crisis internas” aseguro un exdiplomático consultado por este medio.

A nivel internacional, la administración Trump aún no se ha pronunciado oficialmente, aunque analistas anticipan que la desconfianza hacia Petro persistirá. Para Washington, Colombia sigue siendo un socio estratégico en la región, pero la percepción sobre la estabilidad y seriedad del presidente colombiano se ha deteriorado.