Petro enfrenta críticas por el fracaso de la “paz total” tras crisis en el Catatumbo

En marzo de 2021, el entonces senador Gustavo Petro afirmó con convicción que “a los tres meses de ser presidente, se acaba el ELN en Colombia”. Ahora, casi cuatro años después de aquella declaración, el mandatario enfrenta la peor crisis de orden público en su gobierno, marcada por el fracaso de los diálogos con la guerrilla del ELN.

El Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, se ha convertido en el epicentro de una brutal escalada de violencia entre el ELN y las disidencias de las Farc, dejando cerca de 100 personas muertas y desplazando a más de 10.000 familias. La gravedad de la situación llevó al Gobierno a considerar la declaratoria de conmoción interior y estado de emergencia económica en la región.

Ante los reiterados incumplimientos del ELN y el aumento de los ataques, el presidente Petro tomó la decisión de suspender los diálogos de paz con esta guerrilla. A través de su cuenta en X (antes Twitter), Petro expresó su frustración y condena: “El ELN ha escogido el camino de la guerra y guerra tendrá. Nosotros, el Gobierno, estamos al lado del pueblo”. La ruptura de las negociaciones representa un duro golpe para su política de “paz total”, que había prometido desmovilizar a los grupos armados del país y acabar con décadas de conflicto armado.

A pesar de los esfuerzos por dialogar con diversos actores armados, como el Estado Mayor Central de las Farc, la Segunda Marquetalia y el Clan del Golfo, la violencia sigue afectando a regiones que en algún momento habían salido del conflicto. Los datos del Ministerio de Defensa reflejan un preocupante aumento de la extorsión (18 % en 2024) y un escenario de inseguridad cada vez más complejo. Además, aunque el asesinato de líderes sociales ha disminuido levemente, 173 de ellos fueron asesinados en 2024, lo que sigue siendo una cifra alarmante.

El panorama actual deja en evidencia que la paz total, que fue una de las promesas más ambiciosas del gobierno Petro, no logró los resultados esperados. El fracaso de los acuerdos con el ELN, sumado a la crisis en el Catatumbo, se convierte en una herida profunda para la administración del presidente, que deberá enfrentar la evaluación de los electores en las elecciones de 2026.