Petro gobierna como candidato, no como presidente

Las recientes declaraciones del mandatario sobre Colombia Humana evidencian un riesgo de confundir la jefatura del Estado con el liderazgo de un partido.

Por: Julián Ceballos – Concejal de Sabaneta

La Constitución no se negocia. En Colombia, la Constitución Política es clara: ningún servidor público está por encima de la ley. El artículo 127 establece que los funcionarios del Estado —incluidos presidente, alcaldes y gobernadores— no pueden intervenir en actividades de política partidista ni en actos de proselitismo.

Esta norma protege la democracia de los abusos de poder y garantiza la neutralidad institucional. No es una interpretación, es un mandato.

Un presidente en modo candidato

Las recientes declaraciones de Gustavo Petro, publicadas en X (antes Twitter), muestran lo contrario. El mandatario se refirió al rumbo y naturaleza del movimiento Colombia Humana, hablando de su pertenencia al pueblo y de la necesidad de nuevos liderazgos para gobernar.

Ese discurso, más que un mensaje presidencial, parece un acto de reorganización partidista. Petro no habla como jefe de Estado, sino como líder político que todavía actúa en clave electoral.

La alerta política

La senadora María Fernanda Cabal advirtió con razón que estos mensajes representan participación indebida en política. No se trata de un comentario aislado: es el presidente asumiendo el papel de candidato en plena función de gobierno.

Cuando un presidente habla como jefe de partido, pone en riesgo la imparcialidad del Estado y rompe las reglas del juego democrático.

La jurisprudencia del Consejo de Estado y de la Corte Constitucional ha sido enfática: los servidores públicos no pueden usar el poder del cargo para fortalecer partidos ni para incidir en procesos electorales.

Gobernar para todos, no solo para unos

No se trata de silenciar la voz del presidente. Se trata de recordar que la dignidad del cargo impone límites éticos y legales. Petro representa a 50 millones de colombianos, no solo a una colectividad política.

Confundir esos roles erosiona la confianza ciudadana en las instituciones y debilita la democracia.

Denuncia pública

Hoy denuncio públicamente que el presidente de la República, Gustavo Petro, está incurriendo en actos de proselitismo político, al pronunciarse sobre la organización y objetivos del movimiento Colombia Humana.

Sus declaraciones contradicen lo dispuesto en el artículo 127 de la Constitución y en la Ley 996 de 2005 (Ley de Garantías Electorales). Son un error político y comunicacional que confunde a la ciudadanía y desdibuja la separación entre gobierno y militancia partidista.

Un límite que no puede romperse

Colombia necesita un presidente que gobierne para todos, no un candidato eterno que, desde la Casa de Nariño, siga disputando elecciones.

La democracia exige respeto a la Constitución, y ese límite no puede ser sobrepasado por ningún poder, ni siquiera por el más alto.