En medio de una crisis presupuestal y logística, la Personería de Medellín desató críticas tras presentar públicamente tres camionetas 4×4 de alta gama adquiridas por $914 millones. La ceremonia de entrega, liderada por el personero Mefi Boset Rave Gómez, incluyó incluso el peculiar gesto de besar uno de los vehículos, acto que fue registrado y compartido en redes sociales, generando una oleada de cuestionamientos.
Las camionetas, marca Toyota Fortuner, forman parte de un plan de renovación vehicular por $1.469 millones, que también incluyó la compra previa de tres vehículos Nissan por $555 millones en junio pasado. Según datos de Colombia Compra Eficiente, los procesos fueron aprobados por Héctor Alfonso Gómez Trujillo, personero auxiliar con procesos judiciales en curso.
¿Lujo o necesidad?
El personero defendió la adquisición, argumentando que el parque automotor recibido durante el empalme estaba prácticamente inoperativo, con solo un vehículo en funcionamiento. “Necesitábamos autos con potencia para atender casos en la periferia de Medellín, donde no llegábamos con los vehículos anteriores”, aseguró.
Sin embargo, las críticas apuntan a que la compra se hizo en un contexto de necesidades urgentes no resueltas. La sede principal de la Personería, ubicada en La Alpujarra, sufre desde hace años de graves problemas de infraestructura, como inundaciones y fallos eléctricos. Además, la entidad enfrenta un déficit de personal, lo que afecta su capacidad de atender la creciente demanda de servicios ciudadanos.
Rave Gómez aseguró que la renovación del parque automotor no es para uso personal de los directivos, sino para operativos y recorridos por toda la ciudad. También afirmó que se están abordando problemas históricos de infraestructura y tecnología, como la inversión reciente de $100 millones en equipos tecnológicos y la ampliación de horarios de atención.
Respecto al gesto de besar uno de los vehículos, el personero lo calificó como una “emoción malinterpretada” y destacó que los automotores son una herramienta para fortalecer el trabajo en terreno.
No obstante, el gasto ha generado indignación pública, especialmente por la falta de avances significativos en la solución de problemas prioritarios, como la mejora de la sede y la contratación de más personal. La polémica deja abierta la pregunta sobre si las prioridades presupuestales de la Personería están alineadas con las necesidades más urgentes de la ciudad.