La reforma a la salud del gobierno de Gustavo Petro sufrió un nuevo tropiezo este martes en el Congreso. La Comisión Séptima del Senado aprobó una proposición del Partido Conservador que suspende indefinidamente el debate del proyecto, hasta que el Ejecutivo garantice fuentes de financiamiento verificables.
La iniciativa, presentada por la senadora Nadia Blel, presidenta de la colectividad conservadora, advierte que el Presupuesto General de la Nación de 2026 no incluye recursos adicionales ni rubros específicos para financiar la transición al nuevo modelo de salud, ni los costos de operación o fortalecimiento institucional que demanda la reforma “No podemos avanzar en una reforma que no tiene respaldo financiero. El Gobierno debe cumplir con la Ley 819 de 2003 y presentar el aval fiscal antes de seguir”, señaló Blel, citando el artículo 7 de esa norma, que exige la certificación del Ministerio de Hacienda para cualquier iniciativa que implique gasto público.
La decisión representa un duro golpe político para el Gobierno, pues la reforma —una de sus principales apuestas sociales— tiene plazo hasta junio de 2026 para ser aprobada. Sin embargo, su futuro ahora dependerá de una eventual reforma tributaria, que no cuenta con ambiente favorable en el Congreso, y del ajustado calendario electoral del próximo año.
El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, reaccionó con molestia ante la decisión: “La Comisión Séptima del Senado es totalmente inoperante. Lo único que hacen es obstaculizar. Nos piden plata, pero no la aprueban”.
La respuesta de Blel no se hizo esperar: “Es una falta de respeto hacia el Congreso. Más inoperante es este gobierno, que pretende sacar adelante una reforma sin aval fiscal”.
Con este nuevo enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo, la reforma a la salud queda prácticamente en el limbo, sin fecha de reanudación y con escasas posibilidades de avanzar antes del cierre del actual periodo legislativo.