La principal distribuidora de combustibles del país, Terpel, tomó distancia de la postura crítica de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP) frente al Gobierno Nacional y reafirmó su compromiso con el diálogo institucional. En una carta enviada al ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, la compañía se declaró “aliada” del Ejecutivo y dejó claro que no comparte las advertencias pesimistas del gremio sobre el futuro del sector energético.
La comunicación, fechada el 17 de junio y firmada por el presidente de Terpel, Óscar Bravo Restrepo, expresa el “desacuerdo con las recientes declaraciones del Presidente de la ACP”, dejando claro que “no representan la posición ni la opinión de Terpel”.
“Sea esta la ocasión, señor Ministro, para dejarle saber que encuentra en Terpel un aliado y que tenemos total disposición de seguir trabajando con su equipo en beneficio de la cadena, los consumidores y el país”, concluye la carta.
La declaración de Terpel llega en un momento clave, luego de que la ACP presentara su informe anual, en el que calificó la situación del sector como “crítica” y advirtió que la exploración petrolera en Colombia podría terminar en 2030 si no se firman nuevos contratos. Según el gremio, solo quedarían 70 pozos exploratorios por perforar bajo los acuerdos vigentes, lo que pondría en riesgo la autosuficiencia energética del país.
Sin embargo, Terpel, que tiene un enfoque más cercano al consumidor final y no participa directamente en la exploración, optó por un tono conciliador, en línea con el llamado del Gobierno a avanzar hacia una transición energética justa y ordenada.
La decisión de la compañía también refleja una fractura dentro del sector petrolero, en el que algunos actores —como las multinacionales y empresas de exploración agrupadas en la ACP— se han mostrado abiertamente contrarios al enfoque del gobierno, mientras otros, como Terpel, apuestan por la cooperación y el trabajo conjunto.
Más allá del ámbito técnico, el pronunciamiento de Terpel puede interpretarse como un gesto político de respaldo a la administración de Gustavo Petro en medio de fuertes presiones por parte de algunos gremios económicos. El presidente ha reiterado en múltiples escenarios que la transición energética no implica una ruptura inmediata con el sector de hidrocarburos, sino una transformación gradual y planificada en la que se espera el compromiso de las empresas.
Con su postura, Terpel marca una diferencia clave: mientras algunos sectores buscan presionar con cifras alarmantes, la principal distribuidora de combustibles del país elige construir puentes y trabajar de la mano del Estado.