Tiburón en cautiverio atacó a un turista de 14 años en el Islote de San Bernardo, en Cartagena

Un menor de 14 años, oriundo de Medellín, resultó gravemente herido tras ser atacado por un tiburón en cautiverio mientras participaba en una actividad recreativa en el Islote de San Bernardo, zona insular de Cartagena. El incidente ocurrió durante la semana de receso escolar, cuando el adolescente y su familia visitaban la isla y pagaron $10.000 pesos para nadar y tomarse fotografías con los animales en un acuario improvisado.

Según informó El Tiempo, el joven sufrió graves lesiones en la mano derecha y fue trasladado de urgencia a un centro médico en Tolú, luego de recibir primeros auxilios en el Centro de Atención Primaria del islote. Testigos relataron que el ataque ocurrió de manera sorpresiva, cuando el tiburón, aparentemente estresado por el confinamiento y la constante interacción con turistas, reaccionó de forma agresiva.

El ataque se produjo dentro de un pequeño acuario artesanal que alberga al menos 14 tiburones en cautiverio, una atracción turística administrada por la comunidad local. Los residentes ofrecen recorridos y cobran una tarifa a los visitantes para permitirles ingresar al estanque y convivir con los animales. Sin embargo, esta práctica ha generado múltiples críticas por las precarias condiciones en que se mantienen las especies y los riesgos que implica tanto para turistas como para habitantes.

Algunos operadores del acuario habían asegurado previamente que los tiburones estaban “desdentados” para evitar ataques, pero el suceso desmintió esa afirmación y encendió las alarmas sobre la seguridad de la actividad. El hecho expuso además la tensión entre el atractivo económico que representa el turismo y las preocupaciones por el bienestar animal y la seguridad pública.

El Islote de San Bernardo, conocido por ser la isla más densamente poblada del mundo —con cerca de 1.200 habitantes en apenas 0.012 kilómetros cuadrados—, depende en gran parte del turismo como fuente principal de ingresos. La instalación del acuario improvisado fue vista como una alternativa para atraer visitantes, aunque el reciente incidente ha reavivado el debate sobre la regulación de prácticas turísticas con fauna silvestre en Colombia.

Tras el ataque, organizaciones animalistas y habitantes del islote pidieron la intervención de Parques Nacionales Naturales, la Armada Nacional y la Alcaldía de Cartagena. Exigen que los tiburones sean liberados o trasladados a un hábitat adecuado, y que se promuevan nuevas opciones de sustento económico para la comunidad sin poner en riesgo vidas humanas ni animales.

Hasta el cierre de esta nota, ni la Alcaldía de Cartagena ni la Gobernación de Bolívar han emitido declaraciones sobre el caso. El alcalde Dumek Turbay tampoco se ha pronunciado públicamente. El estado de salud del menor no ha sido confirmado oficialmente, aunque se reporta que permanece bajo atención médica.

El suceso, confirmado por la comunidad local y documentado por medios nacionales, se suma a una serie de denuncias sobre el manejo de fauna marina con fines turísticos en el Caribe colombiano. Este episodio deja al descubierto la urgente necesidad de regular las actividades de contacto con animales silvestres, equilibrando el turismo con la protección ambiental y la seguridad de los visitantes.