Ucrania en la mesa de Trump y Putin: ¿Se acerca el fin del conflicto?

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el domingo que probablemente sostendrá una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, el martes. Tanto el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, como la Casa Blanca confirmaron la llamada, que se perfila como un intento de Trump por cumplir su promesa de campaña de negociar el fin de la guerra en Ucrania, un conflicto que ha calificado como un “baño de sangre”.

A pesar de la cordialidad esperada en la interacción, la desconfianza mutua entre ambos líderes persiste. Durante su primer mandato, Trump implementó una de las políticas más firmes contra Rusia desde la época de Ronald Reagan, autorizando ayuda letal a Ucrania, sancionando el gasoducto Nord Stream 2 y tomando medidas para debilitar la capacidad de espionaje ruso en territorio estadounidense. Por su parte, Putin lo ve como un oponente impredecible, difícil de manipular, a diferencia de otros mandatarios como Bush, Obama o Biden.

Históricamente, Putin ha sido tajante respecto a su relación con Trump. En 2017, cuando se le preguntó si estaba decepcionado con el entonces presidente de EE.UU. por el cierre de sedes diplomáticas rusas en Nueva York, Washington y San Francisco, respondió de manera sarcástica: “Él no es mi novia, ni yo soy su novio”. En 2018, tras la cumbre de Helsinki, dejó claro que no había confianza ciega entre ellos: “No se puede confiar en nadie. Trump defiende los intereses de Estados Unidos y yo los de Rusia”.

Un acuerdo de alto el fuego poco probable

Uno de los principales objetivos de Trump es negociar un cese al fuego en Ucrania, pero según fuentes cercanas, es poco probable que se logren avances significativos en la conversación del martes. Aunque podrían anunciarse avances generales, el alto el fuego de 30 días que Trump ha sugerido parece inalcanzable. Putin está decidido a continuar la guerra hasta alcanzar sus objetivos estratégicos, lo que hace improbable que acepte una solución impulsada desde Washington.

Desde el ámbito económico, la administración Trump podría endurecer las sanciones contra Rusia para presionar al Kremlin. Sin embargo, analistas consideran que Moscú podría resistirlas, como lo ha hecho hasta ahora. Ninguna medida de este tipo ha logrado cambiar el comportamiento de Putin en la última década, lo que sugiere que el mandatario ruso está dispuesto a soportar la presión con tal de mantener su estrategia en Ucrania.

La estrategia de Trump: un delicado equilibrio

Trump, quien ha hecho de la resolución del conflicto en Ucrania un pilar de su campaña, enfrenta el reto de equilibrar la presión sobre Putin sin perder margen de maniobra. Si el presidente ruso percibe que Washington exagera con las sanciones, podría reaccionar de manera adversa, aumentando la tensión. Por otro lado, si Trump cede demasiado, podría quedar en una posición desfavorable en el escenario internacional.

Los medios rusos han comenzado a especular sobre el posible tono de la conversación, resaltando una frase reciente de Putin en la que afirmó que Rusia está “a favor de la paz, pero con matices”. Este enunciado, interpretado como una señal de que el Kremlin no cederá fácilmente, plantea dudas sobre la viabilidad de un acuerdo en el corto plazo.

Al respecto, Trump ha matizado sus declaraciones previas, afirmando que su promesa de poner fin al conflicto en 24 horas fue “un poco sarcástica”. Desde el Air Force One, el expresidente adoptó un tono más realista: “Queremos ver si podemos poner fin a esa guerra. Quizás podamos, quizás no, pero creo que tenemos una muy buena oportunidad”.

Si la conversación no se desarrolla según lo esperado, Trump podría tomar la decisión de cancelar la llamada o adoptar una estrategia de presión sobre Putin, lo que podría desencadenar futuras negociaciones. En cualquier caso, el conflicto en Ucrania, heredado de la administración Biden y de los líderes europeos, difícilmente se resolverá con una simple conversación telefónica.