El paro de los camioneros en Colombia ha puesto al gobierno de Gustavo Petro en una situación crítica, evidenciando su falta de preparación para enfrentar este tipo de movilización popular. Desde el viernes pasado, los transportadores iniciaron plantones en contra del incremento en el precio del diésel, que subió $1.900 por galón con el objetivo de reducir el déficit del Fondo de Estabilización de Combustibles.
El fondo, creado para contrarrestar la volatilidad de los precios internacionales del petróleo, ha estado drenando recursos del Estado debido a que el precio internacional ha superado el valor interno del combustible por varios años. Esto llevó al gobierno a tomar una medida impopular: aumentar el precio del diésel, lo que generó el estallido de las protestas.
Mientras el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y la ministra de Transporte, María Constanza García, buscan negociar con los transportadores para calmar la situación, la reacción del presidente Petro ha sido errática, utilizando principalmente Twitter como su herramienta de comunicación.
El mandatario convocó una alocución presidencial para supuestamente ofrecer «información relevante» sobre la crisis, pero en lugar de abordar las demandas del paro, se centró en denunciar la compra del software de espionaje israelí Pegasus durante el gobierno de Iván Duque, acusación que ya había sido ventilada meses antes. Esta distracción fue interpretada como una táctica para desviar la atención del conflicto camionero.
Petro calificó el paro como un «paro empresarial» con oscuros intereses, deslegitimando las protestas de los pequeños y medianos transportadores. Esta postura generó críticas, como la de la senadora Maria Fernanda Cabal “Petro necesita tratamiento, está fuera de realidad, y no lo digo con el ánimo de ofender”,
El presidente también sugirió la posibilidad de implementar medidas extremas como la conmoción interior para controlar la situación, aunque hasta ahora no ha intervenido de manera violenta. Sin embargo, la policía y el ESMAD han comenzado a despejar algunos bloqueos en ciudades como Bogotá, bajo las órdenes del alcalde Carlos Fernando Galán.
Petro ha justificado el alza del diésel argumentando que es una medida necesaria para reducir la deuda del Fondo de Combustibles, heredada del gobierno de Duque. No obstante, sus afirmaciones sobre el congelamiento de precios del diésel desde 2019 son imprecisas, ya que hubo aumentos durante ese periodo, aunque de menor escala.
En medio de este panorama, Petro ha convocado una marcha de apoyo organizada por sindicatos, en un aparente intento de contrarrestar las movilizaciones de los camioneros, reforzando la narrativa de que el paro es impulsado por grandes empresarios. Mientras tanto, el país sigue sumido en la incertidumbre, con un gobierno que parece tambalear frente a una crisis que él mismo ha ayudado a escalar.
Por: Johan Sebastián Posada